La homeopatía está reconocida por la Organización Mundial
de la Salud (OMS) como una opción más para el cuidado y bienestar de las
personas y aboga en su estrategia de salud 2014-2023 sobre Medicinas
Tradicionales y Complementarias por la integración de estas (incluyendo la
homeopatía) en los servicios de salud de los diferentes Estados. Esta
terapéutica se basa en la utilización de medicamentos homeopáticos por parte de
profesionales sanitarios, y cuenta con una filosofía asistencial propia
fundamentada en:
● La eficacia y el perfil de seguridad del método
terapéutico.
● Una visión de la salud que incluye la prevención.
● El paciente como partícipe de su salud.
● Una atención global del paciente.
● Y un enfoque individualizado y personalizado de su
abordaje.
Vamos a ver, en primer lugar, qué es exactamente la
homeopatía.
El origen etimológico del término homeopatía proviene del
griego. Por un lado, “hómeos” significa similar, y por el otro “páthos” es
enfermedad.
La homeopatía es una terapia no convencional y su ejercicio
profesional está regulado por la legislación vigente en el Real Decreto
1277/2003, de 10 de octubre, por el que se establecen las bases generales sobre
autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios.
En homeopatía el objetivo es ir más allá del alivio de los
síntomas que van apareciendo, se busca ayudar al paciente a restablecer
globalmente su equilibrio natural. Para ello, el médico homeópata en la
consulta tendrá en cuenta, además de los síntomas o problemas de salud que
presenta el paciente, su constitución física y su forma de reaccionar y
sensaciones frente a la enfermedad, además de factores de mejoría o de
empeoramiento. Por eso se dice que el tratamiento, en homeopatía, es
individualizado.
Los medicamentos homeopáticos pueden ser prescritos o
aconsejados por médicos y farmacéuticos respectivamente, los cuales supervisan
la pertinencia del tratamiento y garantizan la seguridad de los pacientes.
La homeopatía se incluye, también, entre las denominadas
terapias complementarias. Su abordaje de las enfermedades y de sus síntomas se
realiza desde un enfoque tanto sintomático como global. Mediante un tratamiento
de fondo, ayuda en la prevención de patologías y reducción de sus recidivas.
También contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes con
enfermedades crónicas severas como el cáncer, al utilizarse para paliar los
potenciales efectos secundarios de los tratamientos convencionales.
En homeopatía, el tratamiento persigue ir más allá del alivio de los síntomas. El objetivo es ayudar al paciente a restablecer su equilibrio natural, a través de la autorregulación del organismo, y para ello es imprescindible tener en cuenta su constitución física, cómo se está enfrentando a la enfermedad y los factores que influyen en la mejoría o empeoramiento. Por todo ello, se trata siempre de manera individualizada y optimizando los procesos fisiológicos de cada individuo.
En la homeopatía, al promover la salud desde un tratamiento
integral (físico, mental y emocional), lo que se trabaja es el restablecimiento
del equilibrio del paciente.
En qué consiste la homeopatía: sus orígenes
Para entender en qué consiste la homeopatía, nos vamos a
remontar a sus orígenes. Fue el médico sajón Samuel Hahnemann quien estuvo en
el origen de esta terapéutica en 1796, que se basa en la idea de que “lo
similar cura lo similar”.
Los principios activos homeopáticos son preparados mediante
una serie de diluciones y agitaciones sucesivas (dinamizaciones) de la materia
prima (cepa) en alcohol hasta obtener concentraciones pequeñas. Este es uno de
los motivos por los cuales, cuando los medicamentos homeopáticos son utilizados
por profesionales sanitarios formados en homeopatía, tienen una baja
probabilidad de presentar efectos secundarios, siendo además leves y
transitorios, según respalda este estudio de Dantas F. y Rampes H.
Las dosis en homeopatía se expresan en CH ó DH, que indica
el nivel de dilución y dinamización del medicamento.
CH, significa Centesimal Hahnemanniana, 1 parte del
principio activo diluido en 99 partes de disolvente (etanol).
DH, significa Decimal Hahnemanniana, 1 parte del principio
activo diluida en 9 partes del disolvente (etanol).
¿Cómo es un medicamento homeopático?
Los glóbulos son las formas farmacéuticas características
de los medicamentos homeopáticos, que pueden ser de un tamaño más grande,
llamados glóbulos, también conocidos
como gránulos o de tamaño más pequeño, los envases unidosis de glóbulos. Pero
podemos encontrar también otras formas farmacéuticas como comprimidos, jarabes,
pomadas, etc.
Para qué sirve la homeopatía
La homeopatía pertenece a la medicina integrativa porque
comparte su principio y modelo de atención al paciente. Es un método
terapéutico que recurre a medicamentos homeopáticos utilizados por
profesionales sanitarios, por lo que forma parte de la medicina cómo entidad
única. También está incluida en el grupo de las denominadas “medicinas
complementarias” haciendo referencia a que es un complemento de la medicina
“convencional” aunque, en realidad, solo existe una medicina. Por sus
principios y características particulares, se puede utilizar tanto sola cómo en
complemento de otras terapias, con el fin de optimizar la salud.
Gracias a su método de fabricación específico, que incluye
la dilución y la dinamización de las sustancias activas que pueden ser de
origen vegetal, animal, químico o mineral, se puede utilizar en pacientes de
todas las edades, desde bebés hasta ancianos.
Los tratamientos homeopáticos tienen como objetivo regular
el organismo y ayudarle a reaccionar mejor frente a las circunstancias que lo
desequilibran. Esta optimización de la
capacidad de reacción que ofrece la homeopatía ante determinadas situaciones no
debe confundirse con la protección específica que brinda una vacuna, siendo
ambas terapias complementarias. Nunca un medicamento homeopático puede usarse
en sustitución de una vacuna.
Beneficios de la homeopatía
Ahora que está claro qué es la homeopatía, en qué consiste
y para qué sirve, vamos a enumerar una serie de beneficios a tener en cuenta a
la hora de optar por los tratamientos homeopáticos:
Efectos secundarios escasos, leves y transitorios.
Tiene un enfoque de salud global: prevenir y mejorar la capacidad
de reacción del organismo.
Permite una atención personalizada del paciente.
Reduce el sobreconsumo de ciertos medicamentos como
antibióticos, antiinflamatorios o psicotrópicos.
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