Aún existe cierta controversia sobre el origen de Olga. De acuerdo con la teoría más aceptada y registrada en en Primera crónica eslava o Crónica de Néstor, escrita entre el año 850 y el 1100, habría nacido en Pskov (actualmente una ciudad en el noroeste de Rusia) en una familia de origen varego, también conocidos como vikingos suecos. Esta teoría explicaría el origen de su Olga que deriva del escandinavo "Helga". Otras versiones históricas afirman que Olga era hija de Oleg Veshchy, el fundador del estado de Kievan Rus, o tenía raíces búlgaras. Sea cual sea su lugar de origen, si sabemos que nació entre el año 890 y el 925 y que a los 15 años se casó con el príncipe Igor, hijo del príncipe Rurik de Novgorod, fundador de la dinastía Rurik de zares rusos.
Podríamos decir que la leyenda de Olga comenzó cuando tenía
20 años y su marido fue a recolectar tributos de la tribu eslava de los
drevlianos, pero al parecer le pudo la avaricia (o los drevlianos eran muy
tacaños), porque su pedido no les gustó y mataron al marido de Olga. Y le
“pidieron” con poco amables palabras, que se casara con con el príncipe local,
Mal, sí ese era su nombre. La invitación llegó de la mano de los 20
casamenteros drevlianos. Y Olga los mató a todos. Luego envío una embajada,
aceptando la solicitud y pidiendo que un cortejo de los hombres más sabios de
la tribu drevliana la llevara hasta su futuro hogar. Y una vez que llegaron,
los encerró en una casa de baños y prendió fuego. No sobrevivió ninguno.
Por si esto fuera poco Olga fue a la tierra de los
drevlianos, supuestamente para tener un banquete fúnebre en memoria de su
marido. Después de haber emborrachado a sus enemigos durante la fiesta, ordenó
que su ejército los matara a todos, más de cinco mil personas.
Finalmente, y cuando aún no tenía 20 años, Olga asedió la capital drevliana y pidió tributos para evitar una guerra. El pueblo se negó y ella, muy amable, aseguró que no serían tributos muy onerosos: apenas una paloma por cada hogar. Cuando obtuvo esta recompensa, ató papeles en llamas a las patas de las palomas y las dejó volar de regreso a sus casas: toda la ciudad ardió en llamas. Y los drevlianos dejaron de existir como pueblo ese mismo siglo.
El gobierno de Olga sobre la región duró unos 15 años más,
cuando su hijo Svyatoslav alcanzó la mayoría de edad. Desde ese momento se
encargó de la política interna del reino creando un sistema de recolección de
tributos, centros de comercio, administraciones locales y otras instituciones
que se adelantaron a su época. En el 955 se bautizó como cristiana en
Constantinopla y desde ese momento intentó convertirla en la religión del
estado, algo que no lograría con su hijo, pero sí a través de su nieto,
Vladimir el Grande, quien en 988 hizo del cristianismo la religión oficial de
la Rus de Kiev.
En 1547 la Iglesia Ortodoxa proclamó santa a Olga y la
igualó a los apóstoles. Se convirtió en una de las cinco únicas mujeres en ser
honradas con este estatus en la historia del cristianismo.
Sacado de muy interesante punto com