El celular es nuestro dispositivo más personal. Todos los días lo utilizamos para diversas actividades personales, del trabajo, la escuela. Es por ello que en ocasiones no queremos separarnos de él ni por un momento y, literalmente, lo llevamos a todos lados, incluyendo el baño. Sin embargo, esta práctica no es nada buena y a continuación vamos a explicarte porqué.
Lo primero que seguro viene a tu mente es que se trata de una cuestión de higiene. De hecho, una investigación de la Universidad de Barcelona reveló que las pantallas de los teléfonos móviles pueden contener hasta 600 bacterias, es decir, 30 veces más que las que se encuentran habitualmente en un inodoro. Pero los virus no son la única razón.
Si acostumbras llevar tu celular al baño, lo que seguro haces considerando que una encuesta de Verizon reveló que 9 de cada 10 personas llevan su teléfono inteligente al baño, debes saber que no solo estás poniendo en peligro el funcionamiento del dispositivo, sino tu salud.
Parece algo muy simple e inocente. Incluso, antes de que los celulares se volvieran tan populares, los baños solían tener libros y revistas para “entretenerse”. Sin embargo, cuando se trata de dispositivos la idea no es tan buena.
Aunque puedes creer que es el mejor momento para revisar tus redes sociales o ver un capítulo de tu serie, como señala el sitio de salud Healthline, estar sentado en el baño por mucho tiempo significa exceso de presión en el ano y bacterias adicionales.
Y es que si bien antes las personas se daban tiempo para leer algo en el baño, con el smartphone la distracción es tal que se pasan muchos más minutos, lo que aumenta el riesgo de padecer hemorroides causando síntomas como dolor, hinchazón o sangrado.
Así que quédate solo el tiempo necesario. Si pasan más de 10 minutos lo mejor es buscar a un especialista para analizar un posible problema de estreñimiento.
Los riesgos a tu salud no vienen solo por la posición que adoptas durante mucho tiempo.
Cuando llevas el celular al baño existe una gran posibilidad de que sea contaminado con bacterias fecales. Si bien, en la mayoría de los casos pueden no representar un problema mayor, los teléfonos pueden albergar E.coli, salmonella, estreptococo, norovirus y otros virus peligrosos. Incluso, estudios de la Universidad de Arizona aseguran que 9 de cada 10 teléfonos tienen un microbio causante de alguna enfermedad, y 16% de ellos contienen materia fecal.
Lo anterior es especialmente preocupante cuando se trata de baños públicos. Puede que tú te esmeres en tener tu casa limpia, pero piensa en los baños de oficinas, escuelas o centros comerciales que son utilizadas por cientos de personas al día, la mayoría de las cuales no realizan un correcto lavado de manos.
Y si eso no te convence, debes saber que cuando se jala la cadena del inodoro salen expulsadas partículas que contaminan todo a su alrededor, incluyendo los muebles en donde seguramente dejas el celular.
Lo mejor no es solo que no lleves el celular al baño sino limpiarlo todos los días. Para ello puedes utilizar toallitas desinfectantes no abrasivas.
Puede que creas que tu celular estará a salvo si evitas acercarlo al inodoro, pero no es así.
De acuerdo con la Fundación Carlos Slim, en un baño las superficies con más gérmenes son la perilla de la puerta, los grifos del lavabo y el piso. Por lo que incluso si te lavas las manos, al volver a tocar una de estas zonas volverás a contaminarte.
Más allá de los efectos en tu cuerpo, las partículas en el baño podrían penetrar tu dispositivo y afectar su funcionamiento.
Además, advierte la empresa Kaspersky, si por alguna razón dejas tu celular sin vigilancia, no solo cores el riesgo de perderlo sino de que alguien tenga acceso a tu información privada.
Y no todo tiene que ver con el inodoro. Algunas personas acostumbran bañarse con agua tibia o caliente mientras dejan reproduciendo un video o música en el celular, pero el vapor del agua se meterá en el dispositivo, arruinando poco a poco las partes internas. Eso incluso si el equipo es contra agua.
Así que ya lo sabes, el celular debe estar lejos del baño, puerco.