El buñuelo es un postre o platillo frito de masa, popular en muchos países, especialmente en España y América Latina, con una rica historia que se remonta a los árabes y romanos. Se caracteriza por su textura esponjosa o crujiente, dependiendo del tipo y la región.
Características Principales
Ingredientes base: Generalmente se prepara con harina, agua o leche, huevos, y sal, a veces con mantequilla o levadura.
Método de cocción: La masa se fríe en abundante aceite hasta que se dora y se esponja.
Variedad: Existen múltiples variantes, desde los buñuelos de viento (huecos por dentro, a menudo rellenos de crema pastelera) hasta los buñuelos mexicanos, que son tortillas delgadas y crujientes.
Acompañamiento: Comúnmente se endulzan con azúcar, canela o se bañan en miel de piloncillo (un jarabe de azúcar de caña). En México, a menudo se acompañan con bebidas calientes como champurrado, chocolate caliente o atole.
Tradición y Consumo
Los buñuelos son un alimento con gran arraigo cultural y su consumo suele estar ligado a festividades específicas:
México: Son un postre tradicional durante las celebraciones del 15 de septiembre, las posadas y la Navidad. Se venden comúnmente en ferias y puestos ambulantes.
España: Los buñuelos de viento son un clásico de Semana Santa y del Día de Todos los Santos.
Colombia: Se han adaptado con ingredientes locales como queso y almidones, y son un manjar típico de la temporada navideña.
En resumen, el buñuelo es un postre versátil y querido, con variaciones regionales que celebran diferentes sabores e ingredientes, pero todas comparten la base de una deliciosa masa frita.
Buñuelos de viento
Ingredientes
1 taza de leche
2 huevos
20 g de azúcar
2 pizcas de sal
250 g de harina de trigo
cantidad suficiente de aceite
cantidad suficiente de azúcar mezclado con canela molida, al gusto
Procedimiento
Bata la leche, los huevos, el azúcar y la sal. Añada poco a poco la harina hasta que se integre bien y la consistencia sea de atole ligero. Deje que repose durante 30 minutos y pásela a un recipiente plano y extendido.
Coloque sobre el fuego una cacerola con abundante aceite. Cuando esté caliente, pero no demasiado, sumerja un molde de buñuelos en él, sáquelo y, con cuidado, tóquelo; si está caliente, pero sin que queme, el aceite está listo para freír. O bien, mida la temperatura con un termómetro, que debe ser de 125 °C.
Sumerja el molde de buñuelo en la mezcla sin que ésta cubra la parte superior del molde, sino sólo la pared exterior. Escurra bien el molde y sumérjalo en el aceite; conforme se vaya esponjando el buñuelo, vaya desprendiéndolo del molde con ayuda de una pala. Deje que se dore un poco por la parte inferior y dele vuelta. Una vez que el buñuelo esté ligeramente dorado, sáquelo del aceite, escúrralo bien y colóquelo sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Repita este paso con la mezcla restante las veces que sea necesario.
Revuelque los buñuelos en el azúcar con canela y sírvalos.
Sacado De laroussecocina

