La pequeña isla de Santa Elena en el Atlántico Sur ofrece una flora y fauna únicas. Muchas de sus más de 400 especies no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. De que esto siga siendo así se encargan sus residentes de forma extraordinaria. Es uno de los rincones más remotos y aislados de la Tierra, una pequeña isla volcánica en el sur del océano Atlántico, ubicada entre el sur de África y Sudamérica.
Santa Elena sigue siendo territorio británico de ultramar. Esta remota isla se hizo famosa como el lugar adonde fue desterrado el emperador francés Napoleón Bonaparte.
"El aburrimiento era mortal para Napoleón", dice Michel Dancoisne-Martineau, cónsul honorario y conservador de los llamados "Dominios franceses de Santa Elena", la isla en cual Bonaparte pasó sus últimos seis años de vida.