Viajaba en un autobús una comisión especial de diputados de todos los partidos, para analizar los problemas agrarios.
En una de las tantas curvas el conductor del autobús perdió
el control y chocaron contra algunas rocas.
Después de algunas horas llegan al lugar de los hechos,
ambulancias, policía nacional y el ejército para tratar de dar auxilio a los
lesionados, pero no había ninguna persona entre los restos del autobús.
Empezaron las investigaciones y la policía nacional se dio
cuenta de que cerca del accidente había una casa a donde fueron a preguntar.
Salió un campesino de la casa a recibirlos, y le preguntan:
-¡Oiga, usted! ¿Vio a los políticos que se accidentaron?
-¡Sí, sí los vi! ¡Ya les di cristiana sepultura!
-¡No me diga que todos estaban muertos!
- ¡Bueno… algunos decían que no, pero ya sabe usted como
son de mentirosos esos hijos de puta!
La vela
La Sra. Donovan caminaba por la calle O’Connell de Dublin
cuando se cruzó con el padre Rafferty.
El padre le dijo:
- Muy buenos días, ¿no es usted la Sra. Donovan a quien
casé hace dos años?.
- Efectivamente padre, soy yo.
- ¿Y no han tenido niños aún?.
- No padre, aún no.
- Bueno, la semana próxima viajo a Roma, así que, si
quiere, encenderé una vela por usted y su esposo.
- ¡Oh padre, muchas gracias, le estaremos muy agradecidos!!
Y ambos siguieron su camino.
Años más tarde se encontraron nuevamente.
El sacerdote preguntó:
- Sra. Donovan, ¿como se encuentra usted ahora?.
- Muy bien, padre..
- Y dígame, ¿han tenido niños ya?
- ¡¡Oh si, padre, 3 pares de mellizos y 4 criaturas más!!.
10 en total !!!.
- ¡Bendito sea el Señor!. ¡Qué maravilla! ¿Y dónde está su
amante esposo?.
- Camino de Roma, a ver si puede apagar la chingada vela!
Cortesía de Rudy