7.03.2025

JUEVES DE LA LUMBRE: ANGELA LANSBURY

Angela Lansbury, la inmortal Jessica Fletcher de Se ha escrito un crimen, falleció en el 2022 a la edad de 96 años, pero aún nos sigue asombrando la cantidad ingente de historias y anécdotas sobre su carrera y vida personal. No sólo concedió una entrevista al New York Times hace diez años pidiendo que se publicara de forma póstuma, sino que además protagonizó situaciones de lo más singulares.

Han salido a la luz algunas de sus declaraciones más extraordinarias, como las que hizo en 2014 al Daily Mail. Nos referimos en concreto a un episodio traumático relacionado con su hija Deidre, que ahora tiene 71 años. En los años sesenta, la joven fue captada por Charles Manson y su secta y, junto a su hermano Anthony (de 73 años, responsable de dirigir 68 episodios de Se ha escrito un crimen), se hizo adicta a la heroína siendo aún menor de edad.

 


"Empezó con el cannabis, pero pasó a la heroína. Había grupos en las colinas de Malibú que se dedicaban a actividades mortales", dijo Lansbury. “Me duele decirlo pero, en un momento dado, Deidre se unió a un grupo liderado por Charles Manson. Ella era una de las muchas jóvenes que le conocían, y estaba fascinada”.

 

La mítica actriz, desesperada y consciente de los peligros que afrontaban sus hijos, abandonó Los Ángeles en 1970 para trasladarse con su familia a Irlanda (concretamente, a Cork) y salvarle la vida a sus hijos, algo que consiguió gracias a su increíble sangre fría y tenacidad. No en vano Manson, el criminal y músico estadounidense, fue y sigue siendo considerado responsable de una serie de asesinatos.

 

Cuando su fascinación por el líder de la secta conocida como la Familia Manson fue demasiado lejos, Angela Lansbury no dudó en hacer las maletas y huir de allí. ¿Pero por qué optó por volver al viejo continente? "Elegí el país de origen de mi madre porque necesitaba un lugar donde los niños no estuviesen expuestos a más malas influencias". Como consecuencia de su traslado, se quedó sin trabajo durante un año, durante el cual la actriz se tomó un descanso del mundo del espectáculo para entregarse por completo a sus hijos, aprender a cocinar con los libros de cocina de Elizabeth David y dedicarse a la jardinería.

 


En esa misma entrevista, la actriz aseguró que no tenía ni idea de las consecuencias a las que se enfrentarían sus hijos: no conocía a ningún experto en drogas ni sabía cómo ayudarles mientras siguieran en California. Una vez en Irlanda, se reunió con un especialista que les recetó metadona para que poco a poco se desengancharan. Por si fuera poco, su vivienda en Malibú se incendió en esa misma época, según confesó en su día a la revista Ireland's Own.

 

Aquella experiencia irlandesa tuvo tal impacto en su vida tanto que volvió en 1992 y se compró una parcela con una pequeña casa porque todavía seguía asociando aquel país con la salvación de su familia.

 

Sacado de revista vanity fair punto es