El noni, una fruta tropical originaria del sudeste asiático, conocida científicamente como Morinda citrifolia, posee diversos beneficios para la salud. Este fruto se caracteriza por su sabor amargo y aroma peculiar, descrito en ocasiones como “desagradable”. Sin embargo es apreciado por su alto contenido nutricional y sobre todo por sus propiedades medicinales.
Esta fruta de color verde es rica en antioxidantes, vitaminas (como la C y la E), minerales (potasio, magnesio) y compuestos bioactivos como los flavonoides y las antraquinonas. Entre sus principales beneficios, se destacan el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Es utilizado tradicionalmente para aliviar dolores e
inflamaciones relacionadas con problemas como la artritis. Y porque ayuda a
reducir el colesterol LDL y mejorar la circulación sanguínea. Asimismo promueve
la salud intestinal ya que contiene fibra.
Puede ser consumido de diversas maneras, aunque algunas
personas optan por ingerir la fruta directamente, su sabor puede resultar no
tan agradable para muchos. Por ello, es común encontrarlo en forma de jugo,
elaborado a partir de la fruta fermentada. También está disponible en cápsulas,
polvos y tés, como parte de complementos alimenticios.
Sin embargo, agregar noni a la dieta debe realizarse con
precaución. Pues en caso de ingerir grandes cantidades o utilizarlo como
suplemento podría generar interacciones con ciertos medicamentos o condiciones
preexistentes. Además, no se recomienda su uso en mujeres embarazadas sin la
supervisión de un profesional de la salud. Por ello, se enfatiza la importancia
de consultar con un médico antes de incorporar esta fruta a la dieta.
Uno de los beneficios más destacados del noni es su
capacidad para regular los niveles de azúcar en la sangre. Estudios han
demostrado que esta fruta puede ser útil para personas con diabetes tipo 2
debido a sus propiedades hipoglucemiantes. Los compuestos presentes en el noni,
como los flavonoides, ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina, facilitando
que la glucosa entre a las células y disminuyendo su concentración en el
torrente sanguíneo.
Además, contribuye a reducir la inflamación en el páncreas,
órgano clave en la producción de insulina, lo que facilita un mejor control
glucémico. Sin embargo, es importante destacar que su consumo debe ser
complementado con una dieta equilibrada y ejercicio físico, y siempre bajo
supervisión médica.
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