11.19.2020

Libros perturbadores no aptos para todos los públicos

Violencia, perversión, locura… La literatura ha explorado algunas de las pulsiones más inconfesables del ser humano. Novelas que se adentran en terrenos incómodos, en situaciones límite que ninguno querríamos vivir, en personalidades complejas que rebasan las líneas de lo que nos parece admisible, o imaginando mundos en los que la humanidad ha perdido definitivamente aquello que la hacía, precisamente, humana. Hoy revisamos obras que pueden perturbar a muchos lectores, incluso que haya algunos que prefieran no seguir adelante, pero que nos enseñan algo más sobre cómo somos.





Muchos lectores aún no se han recuperado de la dureza de Johnny cogió su fusil, la novela antibelicista de Dalton Trumbo que nos enfrenta con toda la crudeza a los efectos de la guerra: un soldado sin brazos, piernas y rostro, pero cuyos pensamientos siguen siendo lúcidos. De igual forma, aunque por otros motivos, la lectura de El almuerzo desnudo es de aquellas que no se olvidan. Un descenso a los infiernos de la droga y sus alucinaciones, además de una feroz crítica a la sociedad actual. De los efectos de ciertas sustancias también nos habla Réquiem por un sueño, un viaje por la sordidez de los circuitos de la droga y los efectos de la heroína.





En otras ocasiones, la literatura nos enfrenta a situaciones que nadie quiere reconocer que existen, aunque sepamos que están ahí. En Tenemos que hablar de Kevin, Lionel Shriver nos presenta a una madre cuyo hijo no siente la más mínima empatía por nadie sin que exista una razón aparente, lo que acaba desencadenando una tragedia. Sobre la maldad extrema también nos habla Chuck Palahniuk en Rant, una inmersión en la vida y las motivaciones que llevan a alguien a convertirse en un asesino.





La fantasía y los terrenos cercanos a la ciencia ficción pueden ser, también, campo abonado para historias perturbadoras. El inclasificable Will Self nos propone en Hígado cuatro historias alrededor de este órgano que nos sorprenden, fascinan y repugnan a la vez. En una de sus primeras novelas, Stephen King nos presenta en La larga marcha un mundo totalitario en el que los jóvenes son obligados a participar en un recorrido en el que solo sobreviven unos pocos. Para terminar, dos obras que desafían las clasificaciones. En La fábrica de avispas nos adentramos en la mente perturbada de un adolescente que ha creado su propio mundo, mientras que en Bajo la piel vemos cómo una mujer perfecta seduce a hombres con una finalidad oculta y misteriosa.



Pues bien, es todo por hoy en el post de jueves de lumbreras, cuales han leido/visto?


-Brion