El nombre de Erno Rubik puede ser desconocido para la mayoría de las personas, sin embargo, resulta familiar si hablamos de su creación más famosa, un rompecabezas que ha hecho que generaciones a lo largo de todo el mundo se diviertan, compitan y pongan todo su ingenio para resolver un acertijo con figuras geométricas: el Cubo Rubik. Este rompecabezas mecánico, conformado por nueve pequeños cuadros de distintos colores que forman cada una de las seis caras del cubo fue creado por el arquitecto, escultor y diseñador húngaro Erno Rubik en 1974 y comenzó su historia por el mundo justo un 30 de enero, pero de 1975.
La idea central del cubo no era convertirse en un juguete, sino que Erno, estudioso de la geometría y formas tridimensionales, quería utilizar su invento para demostrar a sus alumnos la relación de los planos en un espacio de tres dimensiones. “Estaba buscando una buena tarea para mis alumnos. Cuando estudian de un libro, muchas personas van directo al final para buscar las respuestas. Ese no es mi estilo: para mí lo más divertido es el acertijo, el proceso de resolverlo y no la solución en sí. Además estábamos jugando con la geometría, que no es un sujeto estático, sino algo móvil, mutable. Así que estaba buscando una estructura móvil y encontré que la geometría de un cubo es muy emocionante por el alto nivel de simetrías que tiene y el hecho de que puedes hacer muchas cosas con él”, dijo el inventor en una entrevista para CNN en 2012.
El primer prototipo del Cubo Rubik fue realizado en madera con ligas y clips. “En la escuela había un taller; usé madera como materia prima porque es muy sencilla de usar y no necesitas de herramienta sofisticada. Lo fabriqué con mis manos: corté la madera, taladré agujeros, usé ligas y cosas simples como ésas”, explicó.
El Cubo, de acuerdo con Rubik, fue resuelto por él en más de un mes por primera vez. Posteriormente lo mostró a conocidos y a sus estudiantes, y así surgió la idea de que podría tener éxito si lo hacía llegar a más personas. Fue justo el 30 de enero de 1975 cuando Erno solicitó la patente en su natal Hungría, con lo quedó registrado como HU170062, y así comenzó a forjarse la popularidad en Europa del famoso “Cubo Mágico”.
Los primeros cubos fueron producidos a finales de 1977 y distribuidos en jugueterías de Budapest.
“Busqué un fabricante en Hungría. En ese entonces el país era muy distinto a como es hoy. Estábamos tras la Cortina de Hierro, las circunstancias sociales eran distintas. No fue tarea fácil. Encontré una pequeña compañía que trabajaba con plásticos —fabricaban principalmente juegos de ajedrez— y empezamos a negociar”, señaló el también arquitecto.
Para 1979 el Cubo Rubik alcanzó su internacionalización, el inventor llegó a un acuerdo con Ideal Toys para distribuir su juguete en todo el mundo. Su presentación a nivel internacional tuvo lugar a comienzos de 1980 en las Ferias del Juguete de Londres, Nueva York, Núremberg y París.
A partir de ese momento el Cubo Rubik se volvió un objeto icónico para la población mundial, desde chicos hasta adultos han tratado de descifrar el rompecabezas mecánico para su diversión e incluso ya hay campeonatos y hasta competencias internacionales para armar el “Cubo Mágico” en la menor velocidad posible, incluso con expertos que logran resolverlo en segundos.