12.28.2023

JUEVES DE LA LUMBRE: ¿CÓMO SE IMPLANTÓ Y CÓMO ES EL CALENDARIO GREGORIANO?

En 1582, el Papa Gregorio XIII instauró el calendario gregoriano, organización temporal que hoy se utiliza de manera oficial en casi todo el mundo

Dentro de la imposibilidad de controlar el tiempo, el ser humano, como con todo, sí ha intentado siempre medirlo. Ni pautarlo ni dictarlo, sino más bien señalizarlo para tener cierta noción sobre él, siendo esto lo máximo que se puede llegar a controlar. Y, para ello, siempre han existido los calendarios. En tiempos remotos, la medida se basaba en la luz: la caza, la recolección o el descanso se iba pautando según el Sol y la Luna. Fue con la llegada de las primeras civilizaciones cuando el paso del tiempo comenzó a medirse a través de calendarios, habiéndose inventado hasta hoy numerosos tipos: desde el budista hasta el chino, pasando por el musulmán, el persa, el egipcio, el helénico, el religioso, el juliano, el maya, el romano o el gregoriano.

Aquel que utilizamos actualmente, de manera oficial y generalmente en todo el mundo, es el gregoriano, calendario de origen europeo y que sustituyó al juliano. Este último fue proclamado por Julio César en el 46 a.C., y se convirtió en el principal de todo el Imperio Romano, así como en parte de Europa y América. No obstante, como sustituyó al egipcio, cuando se produjo el cambio hubo un gran desfase, por lo que aquel año duró 455 días y se agregaron dos meses extraordinarios.

 


Otro aspecto negativo del juliano es el cálculo en el que se basaba, pues era inexacto: ocurría un margen de error de 11 minutos y 14 segundos, lo que las estaciones iban cambiando. Esto que comenzó a preocupar a la Iglesia, ya que podría tener consecuencias en las fechas de las fiestas. Por ejemplo, de seguir con el calendario de Julio César, la Semana Santa podría llegar a celebrarse en verano. Por ello, se decidió cambiar de calendario y el gran paso lo tomó el Papa Gregorio XIII (Hugo Buocompagni): instauró el calendario gregoriano.

Con este nuevo calendario, la fecha de la Pascua se fijó en el primer domingo tras el equinoccio de primavera, es decir, 21 de marzo. Así, se cumplían de forma correcta los escritos bíblicos. Y fue en 1582 cuando cambiamos teóricamente el tiempo: Gregorio XIII decidió implantar un calendario cuyo cálculo se basara en un documento realizado por la Universidad de Salamanca y que estimaba que un año trópico era de 365,242189 días. Para el cambio, se eligieron unas fechas en las que había pocas festividades: entre el 5 y el 14 de octubre. Así, en 1582 se eliminaron 10 días y en la noche de un 4 de octubre se dio paso al 15, compensando las diferencias.

 


Este calendario gregoriano comienza en el año uno y se cuenta a partir del nacimiento de Jesucristo, por lo que no posee año cero. Lo que sí alberga es un año bisiesto cada cuatro, lo que es resultado del estudio del tiempo que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol: es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Este tiempo restante es el que se va acumulando y, cada 3 años, conforman un día: el 29 de febrero.

Asimismo, el desfase que tenía el juliano y que la llegada del gregoriano mitigó también afecta a las estaciones del año, pues se cumplen siempre en los mismos meses gracias a este arreglo. El calendario fue adoptado, primero, por España y Portugal, difundiéndose paulatinamente por todo el mundo, sobre todo entre aquellos países bajo influencia de la Iglesia católica. No obstante, en lugares como Alemania, Noruega, Inglaterra o Japón no se comenzó a utilizar hasta nada menos que dos siglos más tarde.

 

Sacado de la razon punto es