3.05.2022

El origen del tratado del espacio

 Aunque, la realidad es que el Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes no surgió por un deseo de colaboración científica entre potencias mundiales. Es el resultado de una paranoia gestada durante la Guerra Fría.

reminiscensia de la guerra fría

Estados Unidos fue uno de los primeros países en proponer que el espacio se destinara exclusivamente a “fines pacíficos y científicos”. Junto a sus aliados occidentales, propuso la colaboración internacional a mediados de la década de 1950 en la Organización de las Naciones Unidas. Resultaba un tanto sospechoso que el mismo país que se levantó con la victoria en dos guerras mundiales propusiera una “paz universal”. La realidad era que los estadounidenses temían los alcances de los soviéticos.

La crisis del Sputnik.

En 1957, la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial. Que el Sputnik orbitara nuestro planeta realmente generó pánico en Occidente. Aquel primer intento por explorar el cosmos, producto de millones de años de evolución en este planeta, debía ser motivo de celebración. Sin embargo, el Homo Sapiens manifiesta formas muy particulares de ver las cosas.

Para los soviéticos, la carrera espacial con el Sputnik como estandarte era una oportunidad inigualable de declarar su capacidad tecnológica. Evidentemente, también buscaban reafirmar ante el mundo las implicaciones militares de su poderío tecnológico. Sin embargo, el Kremlin de Moscú jamás imaginó la enorme repercusión que tendría ese lanzamiento en los Estados Unidos.

Sputnik 1957
Satélite Sputnik.

Los estadounidenses no estaban tan Inquietos desde 1941, año en que se produjo el ataque a Pearl Harbour. Rápidamente tomaron esta noticia como una amenaza a la seguridad nacional. Mucha gente concluyó que, si los soviéticos podían poner un satélite en órbita, fácilmente podrían instalar otros dispositivos sobre sus cabezas para espiarlos o lanzarles bombas atómicas.

Cortesia de la chófora toluca