La embarcación de carga con aproximadamente 700 años de antigüedad se localizó a 1.5 metros de profundidad. El hallazgo arqueológico se produjo durante las excavaciones para la cimentación de un nuevo edificio en Tallin, la capital de Estonia. Se cree que era propiedad de la Liga Hanseática, una organización comercial y defensiva de comunidades que proliferó en la región del Báltico.
El hallazgo sucedió a principios del mes pasado, cerca de un antiguo puerto en Tallin. Con 24 metros de largo y nueve de ancho, el casco se construyó con madera de roble. Se observa que la embarcación era todavía más grande, pero el área de la proa está severamente dañada.
Barco carguero de la Liga Hanseática.
Tras analizar los anillos presentes en los tablones de madera, los científicos estimaron que se construyó a comienzos del siglo XIV. La datación coincide con la de otra embarcación encontrada en Tallin hace siete años. Además, el estilo de construcción es similar al de otros barcos encontrados en Europa que datan del mismo periodo.
Aún es muy pronto para suponer su origen, pero sus características sugieren que era una embarcación de carga. Y la hipótesis más intrigante es que quizá sirvió a los intereses de la Liga Hanseática. Esta alianza congregó a más de un centenar de ciudades antiguas (incluida Tallin) dedicadas al comercio. Durante más de doscientos años, entre los siglos XIII y XIV, prácticamente dominaron los mares en el norte de Europa.
Hasta el momento se han encontrado diversos objetos que podrían servir para averiguar su origen. Incluidas diversas piezas de cerámica, barriles de madera, objetos de cuero, tejidos y huesos de animales.
Pieza histórica invaluable.
El estado de preservación de esta embarcación es tan bueno, que los investigadores detectaron diversas capas de arena en su interior. Priit Lätti, investigador del Museo Marítimo de Estonia, teoriza que el mar llenó gradualmente el barco hasta sepultarlo. Un proceso que probablemente se extendió durante varios siglos.
La excavación para la construcción de un nuevo edificio se hacía en un área patrimonial protegida, donde se exige la presencia de un arqueólogo de cabecera. El hombre a cargo avisó al Museo Marítimo de Estonia para que registraran el hallazgo y arrancaran los estudios sobre la embarcación.
Hasta la fecha solo han desenterrado la proa. Sin embargo, los trabajos continuarán hasta que todo el barco puede retirarse del sitio de la construcción. Eventualmente, podrán examinarlo a mayor detalle y preservarlo durante mucho tiempo.