La salud mental y los psicólogos están en boga: el tema se promueve y debate tanto en entrevistas con celebridades, como en redes sociales con individuos promedio. Irónicamente, el estatus quo tanto entre estudiantes como en profesionistas es callar todo lo que tenga que ver con salud mental. Nadie quiere arriesgarse a que colegas o supervisores se formen una opinión negativa que perjudique la reputación.
Ni siquiera los profesionales de la salud mental están exentos, pues a menudo les aconsejan ocultar sus propias experiencias con enfermedades mentales. Contrario a lo que los psicólogos recomiendan para superar el estigma, prevalece la cultura del silencio. Callan en lugar de hablar abiertamente sobre su salud mental para incentivar a otros individuos a buscar ayuda.
Una discriminación sistemática surge al estigmatizar la franqueza sobre enfermedades mentales. Y lo que es peor: se excluye de las profesiones de salud mental a individuos que pueden hacer contribuciones valiosísimas al área. Todo por sus experiencias personales con la salud mental.
Este análisis lo elaboró Andrew Devendorf, un prospecto a doctorado y Sarah E. Victor, una profesora asistente de psicología clínica. Ambos con enfermedades mentales. Mediante un estudio exploraron la prevalencia de trastornos mentales entre psicólogos clínicos y pasantes. Así como la forma en que los afecta profesionalmente.
Los psicólogos son personas y también padecen enfermedades mentales.
El estudio, todavía pendiente de una revisión por pares, partió de una encuesta en línea sobre experiencias de salud mental. En el levantamiento de datos participaron 1700 docentes y pasantes de psicología. Con esas cifras, se posiciona como el estudio más grande que examina los índices de enfermedad mental en programas de posgrado donde se instruye a psicólogos clínicos, de consejería y escolares.
profesionales de la psicologia con enfermedades mentales