6.24.2024

Lunes botanero: el shish de res



Me invitaron un taco de “xix” de res (literalmente, traducido del maya yucateco, se denomina con esto a las menudencias o despojos de la res).

Comí dos, comí tres, y no le agarré el sabor, por más que mi paladar a prueba de todo indagaba y se afanaba por esos repliegues olvidados de mi memoria cautiva cuando, hace muchos ayeres, probé por única vez esos “bofes” del demonio, esos hígados combustionados de ira, y la retacería varia del rumiante encornado.

Me dijeron que con harto habanero y limón se degusta mejor y las papilas gustativas se agudizan, pero comencé mejor a extrañar, con amor gastronómico, mis consabidos tacos de morcilla de los martes: ¿quién diablos me vino a sonsacar a mí, para que desayune este platillo de bárbaros?

Media hora masticando un taco para digerirlo a duras penas, otra media hora para pasarlo por esófago y tráquea.

Y me decía, el gastrónomo bárbaro, “que, si no lo come rápido, le sabrá mal». ¿Más? Y así fue, al rato el cebo inundó el ambiente, salió por estas calles malditas que dejaron llenas de baches malos gobiernos de malos caciques, y yo mejor decidí suspender la monserga alimentaria del desayuno.

Malhaya el momento preciso en que, en el discurrir de la colonia en Yucatán, la peor comida española se abarraganó con los gustos carnívoros de autoctonías peninsulares.


Tenía tiempo que veía en los poblados, incluso en la ciudad de Mérida donde anunciaban “Xix de res” pero desconocía su sabor. ¿De qué se trata? Me preguntaba y como no soy nada remilgoso y como dicen “si quieres conocer bien a la gente del lugar comienza por comer lo que ellos”. 

Fue por azares y la complicidad de la vida que me topé con la familia Lope Caamal, quienes además, son seguidores de el blog ELEMBRIONDICE. Ellos amablemente me invitaron a probarlo en empanadas.

Nos trasladamos a Kanasín directo al hogar de la familia para compartir la mesa. Es el pretexto para reunirse, deleitarse, alimentarse y convivir. Todo lleva un debido proceso donde más de una persona interviene. No obstante, la espera hace que cada vez más el antojo se agudice al grado de comenzar a verse unos a otros con cara de “¡Ni te atrevas, las primeras empanadas son mías!” -no sé si fui el único que hizo esa cara, espero que no-. Julio Leal Ortiz de Revista Yucatán no dejó atrás la oportunidad y se sumó a la visita.

Quien preparó casi todo fue la señora Bertha y para saber sobre el Xix, la pregunta básica ¿Qué es y cómo es que termina en el traste con todo eso que agrega? Son trozos de res que sale de los cortes (sobrantes) y con su misma grasa lo fríen con sal. Se compra desde 20 pesos el Xix. “Aquí en casa lo picamos para hacerlo más pequeño. Le agregamos rábano, cilantro, limones y preparamos la salsa de tomate. Para las empenadas mezclamos la masa de maíz con un poco de harina de trigo, agua y sal. Teniendo todo listo se hacen las empanadas se fríen y se comen”. 

¿Qué les puedo decir? Es un sabor intenso a res. Tienes que estar listo a no enfrentarte a un sabor ligero, sin embargo, si eres amante de los sabores que ofrece la res puedo decir que es la suma y síntesis en trozos. ¡Me gustó! Sí lo volveré a comer, sin prejuicios, sin problemas.

La señora Bertha nos advierte que al menos ellos no lo comen seguido pues es mucha grasa tanto de la res como el aceite donde se fríe, sin embargo, no dejan pasar la oportunidad para juntarse y saborearlo. 

También me comentó que el costo es igual al de un día de comida debido a la suma de todos los ingredientes (al menos como ella lo prepara). La receta nos confesó, es de su suegra ya que ella lo comía en taco, la tradición familiar de su esposo ha logrado tener continuidad. 


Cortesia de nefer muxe oaxaco