En la cima de una formación de lava volcánica solidificada
hace miles de años a las afueras de Reikiavik, la capital de Islandia, se puede
ver lo que parecen ser varios grandes aires acondicionados -del tamaño de
contenedores de carga- rodeando un edificio.
Esta extraña visión -que le da el toque final a un paisaje
que pareciera extraterrestre- es única no sólo por su apariencia, sino por su
función: es el primer sistema viable en el mundo para tomar CO2 del ambiente y
atraparlo debajo de la tierra.
El proyecto lo desarrolló la compañía suiza Climework con
la idea de que "para poder realmente alcanzar el objetivo de cero
emisiones netas globales, necesitamos soluciones para la retirada de dióxido de
carbono del aire" y es el primero de su tipo en funcionamiento en la
actualidad.
La reportera de la BBC Adrienne Murray visitó las
instalaciones de la planta conocida como Orca, en Hellisheiði, Islandia, que
actualmente retira 4.000 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a las
emisiones de 900 autos de gasolina.
Lo que parecieran ser aires acondicionados son realmente un
gran número de ventiladores organizados unos encima de otros, que toman el aire
del ambiente y capturan el CO2 que contiene a través de filtros.
Es la primera parte de un proceso engañosamente simple que
podría ser una importante herramienta en la lucha contra el cambio climático.
Pero la premisa más importante de la que parte el proyecto,
según le dijo a la BBC la representante de Climeworks, Bryndis Nielsen, es que
la retirada de CO2 del aire no busca reemplazar las medidas de reducción de
emisiones.
"Necesitamos tener un papel activo en limpiar todo el
desastre que hemos venido dejando desde que empezó la revolución
industrial", explica Nielsen, "pero no estamos aquí para reemplazar la
reducción de emisiones".
La principal razón por la cual esta tecnología sola no es
suficiente para afrontar los riesgos del cambio climático es la capacidad de
una planta como Orca.
Así como puede sonar impresionante que una sola planta
tenga la capacidad de absorber 4.000 toneladas de CO2 al año, las emisiones
mundiales alcanzaron 37,4 gigatoneladas (37 mil millones de toneladas) en 2023.
"Necesitamos estar capturando gigatoneladas para 2050,
y para lograrlo, necesitamos empezar ahora", dice Nielsen.
Por eso, el siguiente proyecto de la compañía, llamado
Mammoth, es casi diez veces más grande que Orca.
¿Por qué Islandia?
El clásico de la literatura de ciencia ficción "Un
viaje al centro de la Tierra" lanzó la muy exitosa carrera de Julio Verne
en 1864, considerado por muchos como el padre de la ciencia ficción.
En él, los lectores acompañan al doctor Otto Lidenbrock y a
su compañía a través de un increíble viaje que comienza en los muy activos
volcanes de Islandia.
Esa intensa actividad volcánica es la gran razón para que
Climeworks monte sus plantas en esta isla, localizada en el borde de las placas
tectónicas de América y Eurasia.
Además de proveer energía geotérmica limpia, sin emisiones
de gases de efecto invernadero, la actividad volcánica hace que los subsuelos
de Islandia estén compuestos mayoritariamente de basaltos, rocas volcánicas
porosas que son el recipiente perfecto para el CO2 de la atmósfera.
El gas que los ventiladores modulares colectan del ambiente
se mezcla con agua y se envía a través de tubos a una suerte de domo que
sobresale de la superficie y que opera otra compañía, CarbFix. Aquí se inyecta
bajo presión a 2km bajo tierra donde reacciona con los basaltos y calcifica el
CO2 por millones de años.
Comercialmente viable
La representante de CarbFix, Edda Aradóttir, le dijo a la
BBC que el plan de la compañía es que las grandes industrias emisoras de CO2 en
el mundo contraten sus servicios para depositar sus emisiones en Islandia.
"Con eso podemos llevar la retirada de CO2 a la escala
de las gigatoneladas, porque compartimos una misma atmósfera, lo que hace que
la colaboración entre fronteras sea necesaria", explicó Aradóttir.
"Orca está aquí para probar un punto", explica la
representante de Climeworks Bryndis Nielsen, "y es que una planta como
esta es comercialmente viable".
Pero además de las dificultades a las que, por su propia
naturaleza, se enfrenta esta nueva tecnología, también conlleva riesgos, como
que los países con mayores emisiones usen a Islandia como su vertedero de
emisiones en vez de reducirlas.
Para Aradóttir, la intención de proyectos como Orca es
dirigir los esfuerzos más hacia las industrias que generan CO2 como desperdicio
inevitable de sus productos -como la metalurgia y el cemento-, en vez de
aquellas que lo generan consumiendo energía.
Algo que es necesario, porque la eliminación de las
emisiones no será suficiente para combatir los peores efectos del cambio
climático, según le dijo a la BBC la investigadora de la Universidad de
Islandia Áróra Árnadóttir: "Necesitamos mitigar lo más que podamos, y
además usar estas técnicas de retirada".
"Pero todavía no estamos ahí", reconoce la
experta.
Se espera que la nueva planta de Climeworks, Mammoth, logre
extraer unas 36.000 toneladas de CO2 del ambiente al año, un paso más hacia el
gran reto de poder extraer cientos de miles y miles de millones de toneladas de
gases del ambiente.
Sacado de la bbc