El chimó o chimó llanero es tabaco de mascar curado;
proviene de hojas de tabaco sometidas a un procedimiento mediante el cual se
crea una jalea de consistencia similar a la pasta dental, pero de color negro o
café oscuro. Es de uso tradicional en Venezuela, especialmente de los estados
Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Cojedes, Portuguesa, Apure, Lara y Yaracuy,
así como en los llanos orientales de Colombia.
Hay motivos para pensar que el tabaco con fines curativo y
chamánicos en el subcontinente americano data de 6.000 u 8.000 años
aproximadamente, por tanto el chimó obedece a largos procesos experimentación
amerindia, elaborado por los aborígenes mucho antes de la conquista española.
Los indígenas venezolanos, recolectaban la sal de urao a orillas de la Laguna
de Urao, evaporaban el agua extraída de esta laguna para concentrar el mineral
pulverizado y mezclarlo con hojas de tabaco seco cocido varias veces, y con
cenizas de cáscaras secas de plátano. Con esta mezcla fabricaban el chimó, lo
guardaban en hojas, y cuando tenían hambre mascaban un poco. El chimó fue uno
de los regalos entregados por los indígenas a Colon y su tripulación en señal
de aceptación y bienvenida en el año 1492. El químico y botánico Pedro
Berástegui perfeccionó los métodos de cultivo del tabaco y de la confección del
chimó.
El chimó se extrae del líquido del tabaco prensado, que se
hierve hasta formar una jalea y obtener una pasta negra, con sabor picante y
olor a lejía, que produce una salivación intensa. Para obtener 1 kilo de chimó
se necesitan 10 kilos de tabaco, por lo que es 10 veces más fuerte. Tiene un pH
que varía entre 8.5 y 10, lo que permite que más del 60% de la nicotina se
encuentre en forma no protonada. El chimó no se masca como un chicle, se deja
disolver por la saliva entre los dientes del maxilar inferior, luego la saliva
acumulada se escupe, pero nunca se come, ya que genera problemas intestinales y
síntomas como un fuerte mareo, vómito y malestar general.
El chimó es un estimulante y disminuye la sensación de
hambre y fatiga. Por otro lado, puede causar problemas en la dentadura, encías,
papilas gustativas, salivación, mal aliento. Tiene alta concentración de
nicotina, alquitrán y varios tóxicos. También tiene efectos cancerígenos, por
sus componentes nitrogenados y tóxicos de diferente índole.
Durante mucho tiempo la tradición oral-rural habló sobre
los beneficios del chimó sobre la salud, sin embargo:
El Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) señala
que el chimó produce lesiones odontológicas y unos seis tipos de cáncer,
incluido el de estómago.
El Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, demostró
que posee el pH más elevado de otras modalidades de tabaco para masticar que
existen en otros países, por lo que favorece la absorción de la nicotina e
incluso, "al dejar de ser su producción artesanal", el proceso
industrial manipula su contenido y el pH para hacerlo más adictivo.
Investigadores de la Universidad de Los Andes han
establecido una relación entre el consumo de tabaco no fumado y la aparición de
lesiones premalignas, que de persistir, pueden progresar a lesiones malignas en
la boca.
De los más de 3 mil componentes del chimó, 28 son
cancerígenos. Produce manchas, inflamación del tejido, recesión gingival,
afección cardiaca, daños renales, metabólicos, desgaste de esmalte, mal aliento
y secreción exagerada de saliva. Genera depapilación de la lengua, leucoplasia
(lesión pre-cancerígena) que se puede convertir en un tumor maligno en las
mucosas.
Por su origen histórico, en el empacado tradicional del
chimó para su distribución se utilizaba el llamado "gancho del
cambur", fibra natural biodegradable que se obtiene al secar las capas del
tallo de la planta de cambur; el consumidor agotaba su provisión de chimó y
desechaba el empaque con un impacto ambiental nulo. Hoy en día el chimó se
distribuye en empaques de plástico duro, su color varía, azul, amarillo o
naranja, según la preferencia de los fabricantes. La costumbre de desechar el
empaque prevalece aunque los consumidores no tengan idea del impacto ambiental
que el de nueva tecnología tiene al tratarse de un material no degradable.
Otros le atribuyen a este producto algunos poderes
curativos y no falta quien sostiene que si una culebra lo traga, muere minutos
después. Lo mismo pasa con las pirañas, los temblones o las rayas en los
pantanos o puede abanadonarse en un rincón para combatir los mosquitos y las
cucarachas.
Cura las inflamaciones producidas por piquetes de zancudos
y mosquitos, el estreñimiento, las caries dentales y hasta el dolor de cabeza.
Sacado de la wikipedia y de el tiempo punto com