A lo largo de la historia, la capital de Francia ha sido bautizada con muchos nombres, “ciudad del amor” o “ciudad de la luz” son solo algunos de ellos. Si pensamos en París, a nuestra mente acuden un sinfín de imágenes universales: la Torre Eiffel, el museo del Louvre, la Catedral de Notre Dame, los paseos por el Sena, los croissants... Pero, ¿qué se le viene a la cabeza a una persona de Japón si piensa en París? Lo curioso es que, si ha visitado la ciudad, su visión sea bastante distinta.
El síndrome de París es un fenómeno psicológico transitorio
que afecta a los turistas japoneses que visitan esta ciudad, y causándoles una
serie de síntomas emocionales y psicológicos. Aunque no está oficialmente
reconocido como un trastorno por asociaciones psiquiátricas internacionales, ha
sido objeto de discusión en la literatura científica y en medios de
comunicación.
Este estado se caracteriza por una profunda sensación de desilusión, ansiedad, despersonalización y otras manifestaciones de estrés agudo. Fue descrito por primera vez en detalle por el psiquiatra japonés Hiroaki Ota, quien reveló que los turistas que más lo sufren son los japoneses, posiblemente debido al choque cultural y a las elevadas expectativas románticas e idealizadas de la ciudad que tienen antes de visitarla, comparadas con la realidad de una metrópoli moderna, bulliciosa y sucia.
Los investigadores que han estudiado el síndrome sugieren que son esas diferencias significativas entre la cultura japonesa y la francesa las que detonan su aparición. Los pacientes pueden experimentar síntomas que van desde sentimientos de ansiedad hasta manifestaciones psicosomáticas como mareos, taquicardia y sudoración, conforme indica un artículo del periódico francés Le Figaro.
La prensa ha cubierto casos donde turistas han necesitado asistencia psiquiátrica de emergencia debido a la intensidad de los síntomas. Un artículo publicado en el Journal of the Nissei Hospital en 2004 analiza este fenómeno y detalla la hospitalización de turistas japoneses en París que experimentaron estados alterados de conciencia y delirio al confrontar el choque entre la realidad y sus expectativas previas.
Las verdaderas causas del síndrome de París
Además del choque cultural, el síndrome también se ha
asociado con el agotamiento provocado por el viaje, la barrera del idioma y el
síndrome del viajero que puede incluir jet lag y el desgaste físico de intentar
hacer demasiado en un corto período de tiempo. Todo ello, genera un cóctel que
puede desencadenar una crisis. Este síndrome ha despertado el análisis de
algunos expertos, como el del profesor de psicología clínica, Youcef Mahmoudia,
del hospital de la Pitié-Salpêtrière en París, quien sostiene que el turismo
masivo y la mercantilización de la capital francesa contribuyen a este curioso
fenómeno.
Sin embargo, aparte de lo particular del fenómeno, cabe señalar que el síndrome de París es un fenómeno rarísimo y que la gran mayoría de los turistas, japoneses o no, experimentan su estancia en la capital francesa sin ningún tipo de problema psicológico. Para aquellos que pudieran ser más susceptibles, la preparación antes del viaje, como investigar sobre la cultura y el estilo de vida de la ciudad, aprender sobre posibles desafíos y mantener expectativas realistas, puede ayudar a mitigar el choque.
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