Cuando el Papa Julio II le encargó aquel trabajo a Miguel Ángel, el joven genio no se sentía preparado. "Yo soy escultor", le dijo —ya era célebre entonces por la Pietá y por su inmenso David de cinco metros—, "no pintor". Era el año 1508, y el reto era enorme: pintar el techo de la Capilla Sixtina.
"Qué raro", pensó el Papa. "¿Por qué me lo
habrá recomendado entonces Bramante?". La razón era clara. Donato
Bramante, arquitecto jefe del Papa a cargo de la Basílica de San Pedro, era
enemigo acérrimo del florentino, y solo quería verle fracasar.
Cuando Miguel Ángel terminó la obra cuatro años después,
Bramante seguramente se tiró de los pelos. Aquella obra convirtió a Miguel
Ángel en una leyenda del renacimiento, y de aquel trabajo destacaba
especialmente una escena del Antiguo Testamento: "La creación de
Adán", en la cual aparece la mano de Dios dándole la vida a Adán en un
gesto en el que su mano casi toca la del primer hombre. El fresco se ha
convertido en una de las obras de arte más apreciadas y reconocibles del mundo,
y la creó alguien que ni siquiera se consideraba un buen pintor y que
seguramente tuvo que dominar como nadie el difícil arte de dibujar y pintar
manos.
Ese desafío ha llegado a nuestros días y ha demostrado
convertirse en un singular obstáculo no ya para artistas de carne y hueso, sino
para todas todas las inteligencias artificiales creativas como DALL-E 2, Stable
Diffusion o Midjourney que están causando sensación desde su lanzamiento. Todas
ellas, eso sí, se tropiezan con el mismo problema. Cuando dibujan manos, suelen
hacerlo terriblemente mal.
Todas las fotos que pedimos a los sistemas de IA tienen el
mismo problema: las manos salen con infinidad de dedos, o solo con tres o
cuatro.
Algo pasa con la Inteligencia Artificial, parece que no
sabe hacer manos, y eso es un problema si queremos hacer trabajos realistas
decentes.
Los ejemplos realizados por Midjourney son realmente
terribles en ese aspecto. Consigue incluso hacer que los dedos floten, como si
hubieran sido arrancados de la mano. Espeluznante.
Los problemas se deben a varios motivos:
– En las imágenes que han servido como entrenamiento, las
manos son menos visibles que los rostros.
– Muchas veces las manos aparecen detrás de los cuerpos, o
por encima de los hombros, por lo que la IA no tiene muy claro el contexto de
dónde deben aparecer ni con cuántos dedos.
– En las fotos de entrenamiento, las manos suelen estar
sujetando cosas, por lo que no se ven perfectamente.
Cómo podemos solucionar el problema
La única forma de conseguir que la IA dibuje buenas manos,
sería entrenarlas con planos perfectos de manos haciendo de todo, y después
muchas otras imágenes donde se muestren esas mismas manos en contexto con el
cuerpo, pero para ello se necesitarían millones de fotos específicamente
creadas para el tema, y no es algo fácil de conseguir.
Sería posible, por ejemplo, pedir al mundo que mande fotos
de sus manos en diferentes posiciones, pero pocos lo harían si no hay un premio
a cambio (un mes de uso gratis de una IA de este tipo, por ejemplo).
Sacado de xakata y de wwwwhatsnew