4.28.2019

Adoctrinamiento religioso de niños.

El adoctrinamiento religioso de niños es una forma de abuso psicológico.



El biólogo evolutivo británico Richard Dawkins, condena la clasificación de que son objeto los niños en base a la religión de sus padres y la escuela religiosa a la que asisten. Dice: “Estoy muy preocupado por la forma en que los niños que vienen al mundo inocentes y sin saber nada, son tomados por la religión del país en el que nacieron […] y veo niños siendo etiquetados: ‘Este es un niño católico. Este es un niño protestante’. Yo preferiría decir: ‘Este es un niño’.” Mientras que Jill Mytton, psicóloga británica de la London Metropolitan University, experta en rehabilitación de adultos jóvenes con traumas debidos a su estricta educación religiosa, dice respecto a la educación transmitida a los niños: “Tienen que permitirles oír diferentes perspectivas sobre las cosas, para poder investigar, para desarrollar sus facultades críticas, para poder ver puntos de vista diferentes, y decidir cuál es el mejor para ellos. Tienen que encontrar sus propios caminos, sin ser forzados a un molde particular desde niños. Al recordar mi niñez, veo que me dominaban por el miedo, y era un miedo de desaprobación, tanto en el presente, como el miedo por una eterna condenación […] Y para un niño, imágenes del infierno y rechinar de dientes, son en verdad muy reales, nada metafóricas […] Si se cría un niño y se lo desalienta de pensar libremente, y de elegir libremente, entonces para mí es una forma de abuso mental, psicológico”.

Y es que como señala Dawkins, los niños evolutivamente se encuentran en gran desventaja respecto a los adultos. Un niño por ejemplo, no puede darse el lujo de cuestionar la advertencia de un adulto respecto a que un alimento es venenoso, porque dudar puede significarle perder la vida. Así que es válido que nos preguntemos si es ético adoctrinar a un niño con ideas falsas que ni siquiera tienen para él una importancia vital (como la tiene el caso de la prohibición del alimento venenoso), cuando se encuentra en una edad en que no puede razonar para elegir libremente.