9.12.2019

5 razones por las que la comida mexicana debería ser considerada la mejor del mundo

1. Empezamos el día como se debe




Para argumentar que la cocina mexicana es la mejor debemos empezar por la comida más importante del día. Los mexicanos nos tomamos el desayuno muy a pecho y mientras en mucho otros países la arman con un café y una dona, en México tenemos algunos de nuestros platillos más icónicos asociados con la comida matutina. Huevos rancheros, en salsa o a la mexicana, chilaquiles, pancita, consomé, birria, tacos de barbacoa, sopes, tamales, molletes… la lista sigue y está llena de especialidades locales y opciones para todos los gustos y todos los bolsillos. Claro que la vida moderna —especialmente en las ciudades— nos ha ido obligando a dedicarle menos tiempo al desayuno y a andar con prisas desde temprano, pero hasta para eso hay remedio: una torta de tamal verde y un atole de canela para llevar, ¡por favor!

2. Hay de chile, de mole y de manteca

La diversidad de sabores en México es abrumadora. Claro que tenemos ingredientes comunes como el maíz, el frijol y el chile, piedras angulares de la nutrición mexicana, pero esta solo es la base sobre la que se desarrolla una de las gastronomías más interesantes y variadas del mundo. No es lo mismo un tlayoyo de alberjón de la sierra poblana que una tlayuda oaxaqueña o un huarache chilango; aunque en los tres casos se trate de maíz con alguna leguminosa y salsa. Como bien dicen por ahí, el diablo está en los detalles.

Otro caso similar son —de nuevo— los tamales. Hasta el puesto más modesto tiene opciones picantes, saladas, dulces y vegetarianas. Ya de la diversidad de este platillo a nivel nacional mejor ni hablamos. Bien podrías comer tamales cada día durante todo un año sin aburrirte. Eso sí, le tendrías que meter más horas al gym, porque entre toda esa diversidad, aún nos falta inventar el tamal light.
Que conste que solo hemos hablado de algunos de los elementos más comunes de la gastronomía mexicana. Ya si vamos a hablar de diversidad, vamos a abundar en el tema…

3. Cada región domina en su especialidad




El noreste con el cabrito, la costa del Pacífico con su excelencia en mariscos, la península de Yucatán y su influencia mayaOaxaca y sus platillos ancestrales, la comida conventual en Querétaro, Sonora y su excelencia en la producción de carne, los grandes platillos poblanos, Michoacán y el mantenimiento de una tradición gastronómica que le valió ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad… Detrás de cada región en México hay una identidad culinaria característica, fuente de orgullo para quienes resguardan su conocimiento y un verdadero deleite para quienes gustan de probar lo mejor de cada uno de los rincones de México.
No es una exageración decir que muchos estados de México tienen una tradición gastronómica que supera fácilmente a la de muchos países del mundo. Mientras más te adentras en el mundo de la comida mexicana, más sorpresas te encuentras.

4. Comida fusión

La gastronomía mexicana es el resultado de una reinvención continua. Al igual que en el resto de los países centro y sudamericanos, la comida mexicana es una fusión de elementos originarios que preceden a la llegada de los europeos y la cultura gastronómica que se construyó durante la época colonial y hasta nuestros días. Sin embargo, México tiene algunas características que lo hacen destacar dentro de la región.
En el territorio que hoy es México se asentaron algunas de las culturas más importantes del mundo antiguo, incluyendo a los mayas y a los mexica. Las grandes culturas mesoamericanas y los pueblos de México septentrional forman las raíces de la gastronomía mexicana, pero no menos importante ha sido el papel de México como uno de los principales puertos mercantes del mundo desde el siglo XVI, lo que convirtió al país no solo en un crisol de culturas, sino de ingredientes de los más diversos orígenes. También hay que tener en cuenta que —a diferencia de otros lugares de América— en la mayor parte del territorio mexicano se dio una colonización y no un exterminio de las culturas nativas. Esto permitió que el conocimiento gastronómico de la antigüedad permeara de forma natural en las cocinas coloniales y que incluso se mantuviera intacto en algunos casos.

5. Su majestad, el mole




México cuenta con más de cincuenta variedades de mole, un platillo de reyes que data de la época prehispánica y que se ha ido reinventando con el pasar de los siglos. Se trata de un platillo especial, protagonista de fiestas y eventos especiales. Su elaboración es laboriosa y requiere de muchas manos y mucho más tiempo si es que se quiere elaborar desde cero. Tan sólo en Oaxaca existen siete moles distintos, siendo el mole negro el más famoso fuera del estado. El mole negro cuenta con alrededor de cuarenta ingredientes, aunque hay versiones como la del chef Enrique Olvera que cuentan con más de cien.

Otros moles famosos son el poblano —probablemente el más importante del país—, el coloradito de Oaxaca, el mole de novia con su característico color blanco, el pipián —verde o rojo—, el mole rosa de Taxco, el mancha manteles —también oaxaqueño—, el mole de queso, el de chicatanas, el verde, el rojo, el amarillo… en fin. El mole es una de las joyas principales de la corona gastronómica mexicana y viene en tantos colores y sabores que un extranjero difícilmente catalogaría a muchas de estas variedades como un mismo platillo. El mole siempre es un deleite y nadie debería visitar México sin probar esta delicia.     


C&P de aca