Si nota que tiene mucha hambre y empieza a comer compulsivamente, un “atracón”, a ese se denomina trastorno de alimentación.
Empieza con un pedazo de pizza y al final se la termina toda. O bien pide un taco y acaba con una docena. Todavía le falta una rebanada de pastel de chocolate.
Los especialistas lo denominan un desorden, trastorno alimenticio o de conducta alimentaria.
Existen diferentes tipos de trastornos alimenticios, los más comunes son los atracones, pero hay diversos factores que pueden provocar este impulso imparable a devorar los platillos.
No se necesita un diagnóstico médico, pues la persona que lo padece sabe en qué condiciones se encuentra, pero probablemente no está consciente de la gravedad y hasta dónde puede llegar con sus hábitos alimenticios.
Las personas que hacen de ello un hábito, suelen comer demasiado incluso hasta sentirse incómodos, después de ello cargan con sentimientos de culpa y con frecuencia tienen aumento de peso.
La bulimia nerviosa es una de las consecuencias o bien usan laxantes, lo contrario es la anorexia nerviosa, con aquellos que evitan los alimentos, los restringen o ingieren cantidades muy pequeñas de ellos.
Pueden también verse a sí mismos con sobrepeso o están peligrosamente delgados.
La anorexia nerviosa es el menos común de los trastornos alimenticios, pero a menudo es el más grave. Tiene la tasa de mortalidad más alta de cualquier trastorno mental.
Buen viernes, gordos.
