Que roio compañeritos, ya es la semana mayor y tenemos que vivirla como dios manda, asi que aquí les venimos a platicar lo necesario para que empiecen a salvar su alma y olviden toda esa perversión que el brion les inculca, comencemos pues.
El Martes Santo es conocido también como el “Martes de
Controversia” y, según la Iglesia católica, fue el día más doloroso para
Jesucristo (como persona) ya que fue cuestionado por los líderes religiosos y
sociales de su tiempo sobre la autoridad con la que realizaba milagros y
predicaba.
Aunque no fue lo único que vivió ese día, pues junto a sus
discípulos, también anticipó su muerte, la traición de uno de ellos y la
negación que iba a sufrir tres veces por parte de otro. Fueron estos hechos los
que provocaron el mayor sufrimiento a Jesús durante la pasión hacia su
inevitable fin.
Durante los tiempos de Jesús, alrededor del siglo I, Israel
era una nación ocupada por los romanos y se gobernaba desde Roma. Por tanto,
los judíos y demás habitantes tenían que pagar tributos (impuestos) a Roma como
una forma de aceptar el sometimiento ante el César, esto con el fin de evitar
problemas y conflictos sociales que perturbaran la paz.
Dentro de estos grupos que aceptaban el dominio de los
romanos se encuentran los saduceos, los fariseos y los herodianos, sus nombre
provenían de las pequeñas ciudades donde los habitantes residían o por la
dinastía que gobernaba en ese momento.
Sin embargo, no todos los habitantes de la zona, más allá
de Israel, estaban conformes con el dominio de Roma, es por eso que aparecieron
grupos rebeldes como los zelotas, que aunque pagaban el tributo, siempre
buscaban la forma de evitar a los soldados romanos.
Durante el Martes de Controversia, según el Nuevo
Testamento, Jesús acudió a un mercado y se encontraba predicando cuando fue
interceptado por sacerdotes y ancianos sobre el motivo por el cuál retaba a la
Iglesia Judía predicando mientras no era sacerdote, fue señalado como “rebelde”
en ese momento.
Más adelante, fueron los fariseos los que cuestionaron a
Jesucristo sobre por qué no hacía nada sobre la situación en la que se
encontraba Israel, por qué permitía que los romanos cobraran tantos tributos.
Ante estos cuestionamientos, él respondió con una de las frases más famosas de
la Biblia: “Dad al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios”.
Estudiosos de las escrituras, como la Conferencia del
Episcopado Mexicano (CEM), refieren que estas palabras que mencionó Jesús
muestran cómo no pretendía ser gobernante ni enfrentar a Roma, sino que buscaba
permear la palabra de su Padre y dar a entender que el reino de Dios poco o
nada tenía que ver con la forma en que Israel estaba siendo gobernada.
Sin embargo, no fue lo único que tuvo que atravesar el hijo
de Dios ese día. Según el texto de San Juan, durante la Última Cena y antes de
ser arrestado, Jesús advirtió a sus discípulos sobre la traición de uno de
ellos, al asegurar que lo iba a entregar a cambio de unas monedas. También
afirmó que otro de ellos lo iba a negar tres veces.
Las escrituras hacen referencia a que Jesús supo que quien
lo iba a entregar era Judas Iscariote, al que le dijo “Lo que tengas que hacer,
hazlo enseguida”. Mientras que hablando en privado con Pedro, le comunicó “Te
aseguro que no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces”.
Estos hechos son la víspera del Miércoles Santo, el día en
que el tribunal religioso judío se reunió para condenar a Jesús. La Iglesia
Católica lo considera el primer día de luto y se realiza el oficio en
tinieblas, un funeral por la muerte de Jesús.
Aléjense del pecado y digan no al brion.
Sacado de infobae