Dónde se domesticaron los gatos?
¿Alguna vez te preguntaste dónde se domesticaron los gatos? La falsa creencia de que estos felinos se domesticaron en el Antiguo Egipto perdura desde hace siglos. Es cierto que esta cultura otorgó un estatus casi divino a los gatos. Sin embargo, no fueron los primeros en establecer una relación con estos animales. Al menos desde hace 5300 años, los gatos ya vivían junto a los humanos en China. Es más, evidencia arqueológica localizada en una tumba de Chipre sugiere que este vínculo es mucho más antiguo.
Pese a las desgracias y supersticiones que alguna vez pesaron sobre los gatos, se convirtieron en las mascotas favoritas del mundo. Actualmente, se dan la buena vida junto a los humanos en todos los rincones del mundo. Pero, a diferencia de los perros, el pasado de los gatos es un poco más enigmático.
Con los perros tenemos claro la época y forma en que empezó su domesticación. Además, poseemos una idea general de cómo creamos la enorme variedad de razas que existen en la actualidad. Con los gatos no es así. La relación histórica entre el gato y el hombre alcanzó un hito en el Antiguo Egipto. Época en que estos animales eran tratados don excepcional distinción.
Comienzo de la relación mutualista entre gatos y humanos.
Hace cuatro milenios, los gatos no solo vivían junto a los humanos, sino que prácticamente se les adoraba. Durante mucho tiempo, esto nos hizo suponer que allí fue donde todo comenzó. Pero, una serie de excavaciones arqueológicas en la aldea agrícola de Quanhucun, en China, cambió todo. Allí se encontró la evidencia más antigua de una relación mutualista entre humanos y gatos.
El análisis a la osamenta de los gatos localizados en el sitio reveló algo impensable. Especialmente porque, hasta ese entonces, consideraban que los chinos empezaron a domesticar los gatos hacía unos dos mil años. Los huesos de aquellos gatos con 5300 años de antigüedad revelaron una historia mucho más compleja que la de un gato salvaje.
Gracias a los isótopos presentes en los restos, los investigadores se formaron una idea sobre la dieta que llevaban y el tiempo que vivieron. Además, el hallazgo corroboró la sospecha que se tenía sobre ese primer momento en que humanos y gatos empezaron a convivir. Cuando esos humanos empezaron a cultivar e integrar las primeras comunidades agrícolas, lógicamente almacenaban granos y una variedad de otros cultivos.
Eso trajo un montón de plagas, incluidas ratas y ratones. La asociación entre humanos y gatos nació cuando asimilamos que estos animales nos permitían mantener las indeseables plagas a raya. Los gatos resultaban invaluables para aquellos agricultores primitivos y empezaron a mantenerlos cerca. De repente, los gatos dejaron de ser una molesta plaga.