Yucatán se ha convertido en una de los hogares favoritos del flamenco, esta hermosa ave rosada que se ha convertido en una atracción del lugar, pues millones de turistas viajan al estado para ver y apreciar a esta maravillosa ave.
La colonia de flamencos más numerosa del continente
americano alterna su estancia entre las rías Celestún y Lagartos, al norte de
la península de Yucatán, ambas clasificadas como Reservas de la Biósfera.
De septiembre a mayo pueden observarse unos 30 mil
flamencos en Celestún, atraídos por los nutrientes de un sistema de lagunas
enriquecido por las aguas dulces subterráneas.
De junio a agosto grandes bandadas vuelan al este,
a Ría Lagartos, para anidar en aguas más salinas, mientras que en Celestún
se quedan los juveniles.
Su avistamiento puede hacerse todo el año, pues no son
aves migratorias, aunque su anillamiento ha permitido detectar que hay ciertos
desplazamientos entre Yucatán, Cuba y Florida.
Hacia el norte de la reserva de Ría de Lagartos
sorprenden varios espejos de agua color rosa. Son los estanques de evaporación
de la salina Las Coloradas.
Para alimentarse, los flamencos sumergen la cabeza en el
agua y remueven con el pico el fondo arenoso, provocando que la materia
orgánica entre en él; posteriormente lo cierran y hacen que el agua salga,
quedando el alimento atrapado en unas laminillas en forma de peine que tienen
en el borde del pico.
Cuando filtran el agua pueden consumir pequeños
organismos acuáticos como crustáceos, moluscos, gusanos, algas y protozoos.
Su color rosado, es el resultado de la acumulación de
pigmentos en su piel y plumas y proviene de su dieta, principalmente de la
Artemia salina, un pequeño crustáceo que habita en aguas salobres
continentales.
La leyenda del flamenco y el ave fénix
Lo primero que tienes que saber es que los flamencos no
son rosados al nacer. Cuando estas aves abandonan el cascaron, las plumas que
les van saliendo son de color gris, y conforme van creciendo, van adquiriendo
ese hermoso color rosado que tanto los caracteriza.
Es como si renacieran de las cenizas como el ave fénix, y
algunas historias y leyendas aseguran que estas elegantes aves, dieron origen a
la mítica ave.
Otro dato curioso es que el nombre flamigo (nombre en
inglés del ave), proviene del latín flamma, que significa “flama”. Mientras que
el nombre flamenco (nombre en español del ave), deriva del
provenzal flamenc, que significa “llama”.
Las personas del Antiguo Egipto creían que los flamencos
eran representaciones terrestres del dios Ra, deidad del Sol, y usaron su
imagen como símbolo en su escritura para el color rojo.
Sacado de nachonal geogafi