1.13.2023

VIERNES MEDICINAL: EL AJO

 El ajo es uno de una de esos ingredientes que no pueden faltar en la cocina. De hecho, su presencia en la gastronomía se remonta miles de años atrás. Ya sea en crudo o cocinado  en salsas, sofritos, guarniciones o cremas, el ajo es parte del recetario universal por méritos propios.

Su sabor único transforma cualquier plato aportándole un extra de sabor, una excepcional calidad nutricional e importantes beneficios para el organismo.

El secreto está en sus compuestos azufrados (como la alicina) y otras sustancias que, al combinarse, protegen la salud de varias maneras.

DESCUBRE TODAS SUS VARIEDADES

El blanco es el más habitual, pero no el único. En el mercado también puedes encontrar...

Ajo morado. Madura antes y suele ser más grande, pero al ser más tierno se conserva por menos tiempo.

Ajo tierno. Se recoge antes de que se desarrolle el bulbo. Su sabor es más suave y esto lo hace apropiado para ensaladas y salteados.

Ajo negro. De sabor sorprendentemente suave, se obtiene tras un proceso de fermentación y es muy rico en compuestos fenolénicos.

La mejor manera de aprovechar las virtudes medicinales del ajo es consumirlo en crudo. Ten en cuenta que algunos de sus beneficiosos compuestos volátiles desaparecen en el ajo cocido.


Para suavizar su sabor y evitar “que repita” pártelos por la mitad y retira el germen verde de su interior.

También puedes escaldarlos durante un minuto o dejarlos en remojo, pelados, un par de horas.

Evita el mal aliento que puede provocar en crudo masticando unas hojas de perejil o de menta. También puedes tomar un poco de miel con zumo de limón.

Aunque sus beneficios son muchos, el ajo también tiene algunas contraindicaciones que pueden afectar nuestra salud y que por ello, se han de tener en cuenta:

Se desaconseja cuando haya una tendencia a sufrir hemorragias porque debido a su efecto vasodilatador hace que la sangre fluya con mayor rapidez.

En casos en los que haya deficiencia de ácidos gástricos puede que no se digiera bien y provoque flatulencia.

Puede provocar ardores de boca, esófago y estómago.

En cuanto a las posibles interacciones con fármacos, puede elevar el riesgo de sangrado si se administra junto a anticoagulantes como el ácido acetilsalicílico u otros.

Tampoco es recomendable si se sigue un tratamiento con hipoglucemiantes, dado que el ajo acentuaría la hipoglucemia.

Durante el embarazo y la lactancia se aconseja evitar el consumo de grandes cantidades de ajo, ya que puede estimular el útero o provocar incluso un aborto.

A continuación de compartimos algunos de sus beneficios:

Protege tu corazón

Comer ajo con regularidad mejora la circulación sanguínea, ya que provoca vasodilatación, aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos y por tanto, la sangre fluye con más facilidad disminuyendo la presión.


Abre el apetito

Otra de las cualidades del ajo es que estimula las mucosas gastrointestinales, provocando un aumento de las secreciones digestivas y de la bilis. Esto se traduce en una mejor preparación del tracto digestivo para la digestión de los alimentos.

Es un eficaz antibiótico

Un estudio de la Universidad Estatal de Washington (EE.UU.) y publicado en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy, concluye que el sulfuro de dialilo, un compuesto del ajo, es 100 veces más eficaz que los antibióticos populares para luchar contra la bacteria Campylobacter (una de las causas más comunes de infecciones intestinales).

Disminuye el riesgo de parto prematuro

Diversos estudios como el llevado a cabo por la División de Epidemiología del Instituto Noruego de Salud Pública han demostrado que la ingesta de frutos secos y verduras como el ajo, reducen el riesgo de parto prematuro, ya que mantienen a raya las infecciones microbianas durante el embarazo.

Cuida tus huesos

El ajo es beneficioso para aquellas personas que sufren de artritis o cualquier dolor articular gracias a su alto contenido de selenio y sulfuro

Combate el resfriado

Un equipo de científicos del St. Joseph Family Medicine Residency en Mishawaka, Indiana (EE.UU.) llegó a la conclusión de que la ingesta de ajo puede disminuir la frecuencia de los resfriados en adultos.

Reduce el colesterol

Un estudio publicado en la revista Journal of Nutritional Biochemistry demostró tras un experimento que el ajo era capaz de bajar los niveles de colesterol, así como la presión arterial .

Fortalece el sistema inmunológico

Añadir ajo en nuestras recetas es muy beneficioso para las defensas ya que es antiviral, antihongos y antibacteriano. A diferencia de los antibióticos sintéticos, las bacterias, virus y hongos no ofrecen resistencia al ajo.

Y pues ahuyenta vampiros.

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