5.16.2024

JUEVES DE LA LUMBRE: SEAMOUNTS OF THE SOUTHEAST PACIFIC

Bien dicen que los océanos de nuestro planeta conforman todo un mundo por descubrir. Algunas estimaciones apuntan que lo explorado hasta el momento corresponde a menos del 5%. ¿Cuántos secretos siguen ocultos bajo el agua? Con exactitud no lo podemos saber, pero casos como el de ahora nos hacen creer que conocemos únicamente “la punta del iceberg”. Y es que una sola expedición a las profundidades marinas, frente a las costas de Chile, reveló más de 100 especies que jamás habían sido documentadas.

 


El trabajo de investigación, que se llevó a cabo en el buque Falkor del Instituto Oceánico Schmidt (SOI, por sus siglas en inglés), es bastante reciente, ya que tuvo lugar entre el 8 de enero y el 11 de febrero.

La expedición se nombró «Seamounts of the Southeast Pacific». Tal cual, su principal propósito estuvo centrado en las montañas submarinas de las cordilleras de Nazca y Salas y Gómez, dos cadenas de más de 200 montes submarinos que se extienden, en conjunto, a través de 2 mil 900 kilómetros desde Chile hasta la isla de Pascua, y los parques marinos Juan Fernández y Nazca-Desventuradas.

Las montañas submarinas de las cordilleras de Nazca y Salas y Gómez son un mundo en sí mismas. Se extienden a 1.800 millas de la costa de Perú y están aislados por una vasta zona con bajo contenido de oxígeno, las profundidades de la Fosa de Atacama y la poderosa corriente de Humboldt, un aislamiento que permitió a la evolución seguir su propia trayectoria.

"Casi la mitad de las especies que viven allí viven sólo allí", dice Javier Sellanes, ecólogo marino de la Universidad Católica del Norte de Chile.

 


Enclavado en los brazos de este coral en espiral, hay una nidada de huevos de peces. "Vimos estos huevos en muchos corales en numerosos montes submarinos", dice Erin Easton, oceanógrafa biológica de la Universidad de Texas Rio Grande Valley. Nadie sabe aún a qué especie pertenecen, ni por qué sus padres eligieron esa delicada cuna. Quizás los huevos estén más seguros descansando allí que flotando libremente.

Sin embargo, hasta hace poco los investigadores sólo habían estudiado los tramos superiores de los montes submarinos de la región. Las criaturas y comunidades que vivían más abajo de sus laderas prácticamente no habían sido estudiadas.

Para obtener más información, Sellanes y un equipo de científicos partieron a principios de este año a bordo del buque de investigación Falkor (también) del Schmidt Ocean Institute, equipado con un sumergible operado a distancia y toda la instrumentación que necesitarían para explorar las profundidades. Durante el mapeo de más de 20.000 millas cuadradas de fondo marino y el descubrimiento de cuatro montes submarinos, los investigadores encontraron un verdadero paraíso en las profundidades marinas: corales milenarios, erizos del tamaño de una sandía, peces adaptados para caminar y más de 100 especies que se cree que son nuevo para la ciencia.

Todo esto fue sólo un vistazo de lo que Sellanes llama “una de las áreas menos exploradas del océano”, pero fue suficiente para ver que la región es tan extraordinaria en profundidad como cerca de la superficie.

 


Con aproximadamente 11,600 pies de altura, el informalmente llamado Solito es el más alto de los cuatro montes submarinos cartografiados por los investigadores. Situado a medio camino entre las dorsales de Nazca y Salas y Gómez, Solito presenta una “combinación perfecta de las faunas de ambas”, afirma Sellanes, lo que lo convierte en un lugar verdaderamente único.

Aunque las extraordinarias comunidades que observaron los investigadores se encuentran a miles de pies bajo la superficie del océano, sus vidas están íntimamente conectadas con lo que sucede arriba y amenazadas por él.

Los aparejos de pesca perdidos o desechados acaban cayendo al fondo marino. La pesca de arrastre puede destruir en pocas horas hábitats que tardaron milenios en formarse. La minería de los fondos marinos puede traer no sólo destrucción localizada sino también contaminación a larga distancia por ruido y sedimentos. El cambio climático altera la temperatura y la composición incluso de las aguas de aguas profundas.


 

Esta langosta rechoncha es una de las más de 100 especies potencialmente nuevas encontradas en la expedición. Aún no se han hecho comparaciones formales con especies conocidas, pero Easton y los demás investigadores de la expedición están confiados. "Siempre esperábamos encontrar muchas especies nuevas", dice Easton, "pero la cantidad que encontramos es asombrosa".

Sellanes espera que la información recopilada en su expedición se utilice en última instancia para gestionar y proteger mejor los montes submarinos del Pacífico sureste. Hacerlo puede ser una cuestión de interés humano, señala Sellanes: las pesquerías comercialmente importantes pueden depender de especies cuyos ciclos de vida están ligados a esas comunidades de montes submarinos. Pero, por supuesto, el argumento no se refiere sólo a la utilidad.

 


“Vimos una asombrosa variedad de peces en este género y géneros relacionados”, dice Easton sobre los llamados sapos marinos, antes conocidos como Chaunacops . Como corresponde a especies cuyas aguas están casi perfectamente tranquilas e iluminadas sólo por criaturas bioluminiscentes, los finos pelos que cubren a Chaunacops probablemente sean parte de un exquisito sistema sensorial capaz de detectar cambios infinitesimales en la presión del agua e incluso en la electricidad.

“Muchas de estas especies tienen áreas de distribución pequeñas. Son endémicas de la región”, dice Easton. “Si los pierdes, ¿cómo serán reemplazados?”

 


Sacado de nautil punto us y de ngenespanol punto com

O si la bachapala pregunta, yo fui al pinchi fondo del mar y vi los pinchis peces esos y vine a escribirles sobre el tema de primera mano.