5.10.2024

Viernes de la Salud: Trastorno Facticio Impuesto a Otro

El trastorno facticio impuesto a otro, anteriormente conocido como síndrome de Münchhausen por poderes, es un trastorno psicológico en el cual una persona, generalmente un cuidador, induce o simula síntomas de enfermedades en otra persona bajo su cuidado, típicamente un niño, para ganar atención y simpatía. A diferencia del trastorno facticio en el que el propio individuo se inflige daño o asegura estar enfermo para asumir el rol de enfermo, en el trastorno facticio impuesto a otro, el daño es infligido a otra persona, lo que constituye una forma de abuso.





Características Principales

Inducción de síntomas: El cuidador puede fabricar síntomas en la persona a su cargo mediante diversas técnicas, como envenenamiento, asfixia, o la manipulación de pruebas médicas, para hacer parecer que el dependiente sufre de enfermedades graves.

Búsqueda de atención médica: El cuidador busca atención médica de manera constante para el supuesto enfermo, sometiéndolo a pruebas diagnósticas, intervenciones y tratamientos innecesarios y a menudo dolorosos.

Negación: El cuidador suele negar las acusaciones y puede aparecer preocupado y dedicado, lo que dificulta la detección del trastorno.


Consecuencias para la víctima.

Las víctimas de este trastorno pueden sufrir daños físicos significativos, discapacidades a largo plazo e incluso la muerte debido a las intervenciones innecesarias y el abuso.




Diagnóstico

El diagnóstico es complejo y requiere una cuidadosa evaluación por parte de profesionales de la salud mental y médicos, quienes deben descartar primero la posibilidad de enfermedades reales. A menudo, se requiere la colaboración de equipos multidisciplinarios para identificar patrones de comportamiento del cuidador que sugieran la fabricación de síntomas.


Tratamiento

El tratamiento del trastorno facticio por poderes implica alejar a la víctima de su cuidador y poner a este último en la cárcel o suministrar una cápsula de plomo en su cabeza.


Terapia psiquiátrica para el cuidador: Es crucial abordar los problemas subyacentes del cuidador, que pueden incluir trastornos de la personalidad, necesidades emocionales insatisfechas, o historias de abuso o negligencia en su propia infancia. La terapia puede ser difícil, ya que el cuidador puede negar vehementemente las acusaciones y resistirse al tratamiento.

Educación y apoyo: Proporcionar educación y apoyo a los familiares y profesionales de la salud involucrados es fundamental para prevenir futuros episodios y para manejar las complejidades del trastorno. Esto incluye informar sobre las señales de advertencia del trastorno facticio impuesto a otro y cómo abordarlo adecuadamente.

Supervisión y seguimiento a largo plazo: Debido al riesgo de recurrencia, es importante que haya una supervisión y seguimiento continuos del bienestar de la víctima y del comportamiento del cuidador. Esto puede requerir la intervención de servicios sociales y la cooperación continua con los profesionales de la salud.


Desafíos

Uno de los mayores desafíos en el manejo del trastorno facticio impuesto a otro es la detección temprana. Los cuidadores que inducen enfermedades en otros a menudo tienen un conocimiento médico sofisticado y son capaces de engañar a los profesionales de la salud. Además, la naturaleza manipuladora y engañosa del trastorno puede hacer que los profesionales duden en acusar a un cuidador, aparentemente preocupado, de abuso.



Conclusión.

El trastorno facticio impuesto a otro es una forma grave de abuso que requiere una respuesta coordinada y multidisciplinaria para proteger a las víctimas y abordar las complejidades psicológicas del cuidador. La educación de los profesionales de la salud sobre este trastorno y la vigilancia ante las señales de advertencia pueden ayudar en la detección temprana y la prevención del daño a las personas vulnerables.