5.20.2019

Game of Thrones y el arte de la obstinación

Game of Thrones ha terminado. Te haya gustado o no, la vida de su autor -George R.R. Martin- sirve como recordatorio de lo importante que es creer en ti mismo. Si no lo haces tú, ¿quién lo hará?




A veces, para ganar, es necesario ser obstinado. Y también paciente.

Despertarse una y otra vez de madrugada, trabajar sin parar durante el día entero y luchar contra la adversidad del mundo laboral para descubrir que, al final de la jornada, nada ha cambiado. La meta, esa tierra prometida en donde existimos siendo lo que siempre quisimos, sigue lejana en el horizonte. Es un simple espejismo.

A veces es necesario levantarse una y otra vez pese a los tropiezos y descalabros, ignorar el embate de cientos de voces que te gritan que jamás lo lograrás, y ser paciente por más de 13 años y dos millones de palabras.



Al terminar su posgrado en periodismo por la Universidad de Northwestern en 1971, George Raymond Richard Martin intentó ganarse la vida como escritor profesional. Además de redactar cuentos de fantasía y ciencia ficción, artículos y entrevistas para diversas publicaciones, encontró el tiempo suficiente para escribir novelas. Las primeras tres le dieron al joven cierta fama y comenzó a ser reconocido como un verdadero novelista.

Hasta que llegó su cuarto libro.

Publicado en 1983, The Armageddon Rag, recibió buenas críticas e incluso fue nominado para obtener el cotizado World Fantasy Award a la mejor novela del año. A pesar de ello nunca logró despertar el interés de los lectores y se convirtió en un fracaso comercial. El libro no generó las ventas deseadas por la editorial y comenzó a envolver los ideales del joven George R. R. Martin en una duda helada y cruel como el aliento del invierno. 

En una entrevista para el Wall Street Journal el autor declaró que en libro había puesto en riesgo su carrera como novelista y el fracaso lo obligó a buscar otros modos para subsistir. Resignado y endeudado, se abrazó al mundo que conocía y dedicó toda su energía a escribir para diversos medios. Encontró trabajo como guionista para la televisión en las cadenas CBS y ABC, y fue el responsable de algunos episodios y adaptaciones de las series Deadly Nightmares (1984), La dimensión desconocida (1986) y La Bella y la Bestia (1987). 

En 1991, tras la cancelación de la romántica serie que mostraba a la Bestia viviendo en el sistema de drenajes debajo de la ciudad de Nueva York, George decidió regresar a su antigua pasión y probar suerte escribiendo una nueva novela: A Game of Thrones, la primera en la saga A Song of Ice and Fire.

El libro fue publicado el primero de agosto de 1996 y ni su propio autor imaginaba el fenómeno en el que se convertiría. Aunque la fantástica saga gozó de éxito desde el principio y hubo productores interesados en llevarla a la pantalla, no fue hasta el año 2005 (ya con los tres primeros libros publicados) que Martin comenzó a considerar la oferta que le hacían los cineastas David Benioff y DB Weiss para convertir su obra en una serie de televisión producida por HBO.

George vendió los derechos de su obra a los productores y seis años después, el 17 de abril de 2011, se estrenó el primer capítulo de la primera temporada transformando por siempre la historia de la televisión y la vida del escritor.
PESE A TODO: CREE EN TI

Son muchos los aprendizajes que Game of Thrones nos deja en el camino. Desde ejemplos de liderazgo y redención, hasta decepciones mayúsculas al forzar el arco narrativo de algunos personajes aniquilando la magia construida por la serie durante años (George R. R. Martin no escribió los guiones de las temporadas 7 y 8 de la serie de televisión; aunque se dice que dio ciertas “pistas” a los guionistas sobre lo que tenía en mente, él sigue trabajando su propia versión de los dos libros finales de la saga). Además, están las pequeñas lecciones que la vida del autor le deja a cualquier emprendedor.

La primera es tener la fuerza suficiente para creer de nuevo en ti mismo, pese a haber fallado. Tú sabes para qué eres bueno, aunque el mundo te grite o susurre lo contrario. Pero ser bueno o tener talento jamás eliminará las dificultades del camino. Este nunca será fácil de recorrer. Habrá largos inviernos, tropiezos, traiciones y retrocesos. Aunque logres obtener el éxito en tres proyectos, en el cuarto o quinto podrías fallar.

Entonces, te harán dudar.

Herido te recluirás y buscarás la estabilidad financiera o la paz mental. Lo importante es que, tarde o temprano, te atrevas a creer en ti una vez más. Al escritor le tomó 13 años, pero logró encontrar la determinación para crear algo en lo que creía: una canción de fuego y de hielo con más de dos millones de palabras.

EL DON DE SENTARSE A TRABAJAR

Cualquiera que haya intentado escribir una novela lo sabe: es un trabajo arduo, solitario y árido. La única manera de avanzar en ella, la única manera de crear algo, es sentarse a trabajar cada día. Requiere de disciplina, de valentía, de madurez para reconocer carencias y habilidad para encontrar aliados dentro de la misma narrativa. Una saga como Game of Thrones no se escribe de la noche a la mañana. Se suda y se sufre. Se duda y se detesta. Se desechan capítulos y pasajes enteros. Se acierta y se falla. Se falla y se falla de nuevo. Exactamente igual que con cualquier emprendimiento: para sacarlo adelante es indispensable estar ahí pese a los días nublados, los nudillos lastimados o los corazones y flujos financieros congelados.

EL ARMA SECRETA DEL CREADOR

No deja de sorprender lo vasto del universo creado por George R.R. Martin. Pareciera haber imaginado hasta el último detalle de esos reinos fantásticos habitados por seres tan encantadores, valientes, imperfectos y oscuros como nosotros mismos.

Una cosa es segura: al igual que Roma, no fueron creados en un solo día. Tomo tiempo. Demasiado. Horas y horas de desvelos, miles de desmañanadas. Empezar a crear antes de que el sol salga y seguir haciéndolo una vez que este se ha puesto. A veces, sin saber realmente a dónde vas. Protegido solamente con la armadura de tu paciencia. Esa que te ayudará a soportar los embates del tiempo y a seguir andando despacio, despacio, despacio, escribiendo tu historia una palabra a la vez, aunque la exitosa serie de televisión que inspiró haya terminado.

Aunque el mundo entero hable de ella.

Tú seguirás escribiendo tu propia versión de la historia porque sabes que la verdadera magia, el conjuro y la fortaleza están en tu paciencia. El arma secreta de cualquier escritor, de cualquier creador, de cualquier emprendedor.

Tomado de aqui

-Brion