10.20.2022

EL MURO DE FUDAI

Una esclusa de 15 metros de altura levantada en los años 70 salvó a la localidad japonesa de Fudai de los peores efectos del tsunami. El muro, criticado en su día por considerarse un «gasto inútil», resistió el embate de una ola de 20 metros y evitó que Fudai viviera la misma tragedia que las localidades vecinas.

El muro de hormigón se levanta sobre la desembocadura del río, tiene 15,5 metros de alto y se extiende a lo largo de 205 metros. En la mente de los vecinos de la localidad japonesa de Fudai quedará para siempre como el muro que les salvó del tsunami del 11 de marzo del 2011, que causó la muerte de alrededor de 25.000 personas en el noreste de Japón.

El día de la tragedia, unos minutos después del terremoto de magnitud 9 que sacudió violentamente la región, los trabajadores a cargo de la estructura cerraron las compuertas de la esclusa de forma remota y un bombero de la localidad acudió a toda prisa hasta el lugar para cerrar a mano las compuertas más pequeñas.

La gran ola alcanzó esta zona de la costa sobre las 15.00 h. En las localidades que quedaban expuestas al mar, el agua arrasó los puertos, penetró por las rías y mató a miles de personas. En Fudai, la ola de 20 metros se topó con un obstáculo que le impidió penetrar río arriba y arrasar esta localidad en la que viven más de 3.000 personas.


La existencia de este muro se debe al empecinamiento del alcalde que gobernó Fudai durante diez años en la década de los 70. Conocedor de los dos tsunamis anteriores que habían arrasado la localidad – en 1933 y 1896 -, el alcalde Kotaku Wamura se empeñó en construir un muro lo suficientemente alto en la desembocadura del río como para resistir la embestida del mar.

Las obras de construcción duraron diez años y costaron alrededor de 40 millones de euros. El alcalde recibió algunas críticas porque se consideraba el proyecto desproporcionado. Otras localidades de la zona construyeron muros contra los tsunamis, pero ninguno tan alto como el de Fudai. El muro de la vecina Taro, por ejemplo, tenía 10 metros de alto y 2,5 kilómetros de longitud, pero no resistió la prueba del 11 de marzo. El muro de Fudai, como muestran las marcas que han quedado en las torres, se enfrentó a una ola de 20 metros, que sobrepasó ligeramente la estructura pero no lo suficiente como para causar daños.



Después de aquel día, los vecinos de Fudai han vuelto a visitar la tumba del alcalde Wamura para presentar sus respectos y homenajear al hombre que posiblemente les haya salvado la vida.