Buenos días, en el último post en honor a Don Benito Juárez
de la tradicional semana del benemérito (a menos que descubra que también fue médico
y tenga material para un post de viernes saludable) vamos a placar de la masonería.
Así que presten el lápiz toso y papel para empezar con los apuntes.
La masonería o francmasonería se define a sí misma como una
institución de carácter filosófico, filantrópico e iniciático. Nació en Europa
a finales del siglo XVII, aparentemente entre los círculos intelectuales y
políticos de la Ilustración. Sin embargo, mitológicamente la masonería rastrea
su origen en los gremios de constructores de las catedrales medievales. De
forma más aventurada, algunos consideran que la masonería nació durante la
construcción del Templo de Salomón o al mito adámico.
A su vez, las pequeñas cofradías suelen suscribirse a otras
más grandes, a las que llaman Gran Logia. En el interior, las cofradías suelen
agruparse en torno a un rito, pese que existen grandes logias que pueden
agrupar más de uno.
Originalmente las logias masónicas estuvieron compuestas
por sociedades exclusivamente varoniles, consecuencia de distintas creencias
metafísicas. Sin embargo, actualmente existen grupos exclusivamente femeninos o
mixtos, pese que no siempre son reconocidos por las logias conservadoras.
¿Qué hacen los masones?
Al ser una sociedad iniciática, la masonería se compone de
diversos rituales tradicionales cuyo objetivo es producir un cambio de
consciencia en los aspirantes a pertenecer a una logia, los cuales son denominados
como profanos.
Después del escrutinio del aspirante, el profano pasará por
una serie de rituales con los ojos vendados, en los cuales se compromete con la
institución y juramenta ante un el Venerable Maestro (líder de la logia), luego
de lo cual se transforma en un aprendiz de masón. Posteriormente podrá aspirar
a los dos grados básicos subsecuentes, compañero y maestro, para ello elaborará
algunos trabajos escritos con carácter filosófico.
Un poco más de los masones en México
La aparición de la masonería mexicana tiene su origen en el
siglo XVIII, con la llegada de los primeros inmigrantes de origen francés al
virreinato. Para entonces, la masonería vivía su capítulo de incidencia directa
en el estallido de la ilustración y la Revolución Francesa. Fue durante dicho
movimiento que la frase “Libertad, igualdad, fraternidad” se gestó,
convirtiéndose en el lema de la República Francesa y del Gran Oriente de
Francia (la más antigua de las obediencias masónicas).
Desde sus orígenes en México hasta la actualidad, el rito predominante en la masonería mexicana ha sido el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA). Para 1823 la masonería mexicana sufrió su primera fractura. Fue con la llegada del Rito de York con sesgo político estadounidense que la masonería comienza a dividirse en dos corrientes.
Mientras que los escoceses eran políticamente conservadores
y pro europeos, las logias yorkinas apoyaban el Destino Manifiesto y el
liberalismo estadounidense. Como consecuencia, algunos masones mexicanos
comenzaron a gestar una tercera vía nacionalista, movimiento que en 1826 se
fundó como Rito Nacional Mexicano, cuyo mayor representante histórico es el
presidente Benito Juárez.
El Rito Nacional Mexicano, donde fue iniciado Benito Juárez
De acuerdo con el sitio web del Rito Nacional Mexicano,
éste se define como una institución masónica con el “objeto primordial de
cumplir con el sagrado deber de conservar puros los misterios de la orden y
trasmitirlos de la misma manera a las futuras generaciones”. Fue fundado con el
objetivo de unificar a los masones mexicanos y Benito Juárez fue miembro de una
de sus logias de 1858 hasta 1872. A su vez, este rito buscaba recuperar la
Francmasonería Primitiva Universal con origen en la Revolución Francesa.
De acuerdo con los registros de la cofradía, Juárez se
inició el 15 de enero de 1847 en la logia del Rito Nacional Mexicano
“Independencia” No. 2. La sede de reunión de Independencia se encontraba en la
sala dedicada la Cámara de Senadores de Palacio Nacional en la Ciudad de México.
Hasta la fecha se conserva una placa en la entrada del salón para conmemorar la
iniciación de Juárez.
Juárez explica qué entendía por masonería
En documento atribuido a Benito Juárez como “trazado”,
título con el que se le conocen a los trabajos dirigidos a las logias, el
expresidente define a la masonería de forma tradicional, según la liturgia del
primer grado o Aprendiz. Al respecto menciona:
“Es un hermoso sistema moral, o lo que es lo mismo, una
asociación de hombre honrados, libres y de buenas costumbres, que buscan el
perfeccionamiento de la humanidad.”
Posteriormente, Juárez ahonda en que se trata de una
organización moralista, pero de carácter progresista, según los postulados de
la modernidad. También afirma el carácter filantrópico de la organización, así
como una buena voluntad que la mueve en sus acciones. En cuanto a lo
filosófico, pareciera que Juárez consideraba la masonería como una especie de
religión perenne, por lo cual describe a la masonería como incluyente.
“No es una religión, pero sí la cuna de todas, ya que
acepta a toda persona sin distinción de raza ni credos”, afirma Juárez.
Con respecto a la palabra “masonería”, Juárez se apega al
origen etimológico tradicional, según el cual proviene de la palabra inglesa
que quiere decir “albañilería”. Sin embargo, aclara que no se debe entender de
forma literal, sino simbólica, pues se trata del trabajo de edificación moral a
través de las virtudes.
Finalmente, el oaxaqueño explica que decidió hacerse masón
por amor al lema filantrópico de la institución: “Libertad, igualdad y
fraternidad”. Menciona que el lema le inspira a luchar por los pobre y los que
“tienen sed de justicia”, a practicar la tolerancia sin distinciones y a luchar
contra “la hipocresía y el fanatismo”.
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