Buenos días jóvenes, siguiendo con la semana del benemérito, les traemos una pequeña narración y una rolita que seguro la van a traer hasta de tono de celular.
La historia oficial le atribuye el carácter de primogénito
del benemérito a Benito Luis Juárez Maza, nacido el 29 de octubre de 1852. Esto
es falso ya que dicho lugar le corresponde a Tereso Juárez Ortiz, quien vio la
luz en la ciudad de Oaxaca alrededor de 1837, cuando su padre contaba con 30
años.
Como todo hijo natural, y más en el siglo XIX, construir su
biografía es particularmente difícil, lo que ha hecho que los pocos
historiadores que han acometido esa tarea incurran en errores y omisiones, como
lo demuestra una simple búsqueda virtual.
Una equivocación que se repite, además de confundir su
fecha de nacimiento, es atribuirle la maternidad a Juana Rosa Chagoya, una de
las concubinas de don Benito. Lo cierto es que Tereso es fruto de una relación con
María de la cruz Ortiz, al parecer una tehuana de casi 17 años, que luego formaría
una familia alejada de Juárez y Tereso.
Aun con su linaje, la fortuna le fue adversa. Vivió
modestamente y a veces con estrechez. Siempre fue rechazado por margarita Maza
y sus medios hermanos. En la correspondencia familiar ni siquiera se le
menciona. Aunque ostentaba el apellido de su padre, se trataba más bien de una concesión,
pues legalmente Juárez nunca lo reconoció.
Pese a los desaires, tereso fue el único de los
descendientes de Juárez que se dedicó a la milicia y abrazó la causa liberal. Se tiene registro que
ingresó al ejército en 1862, desde el pesto más humilde, y que lidio contra el ejército
francés.
El 27 de diciembre de 1863, luego de la derrota del general
miguel Negrete en san Luis potosí, fue hecho prisionero. En los informes
castrenses se narran esos trágicos sucesos: “…en la tarde de ese mismo día, tanto
el expresado capitán como los demás prisioneros son conducidos al patíbulo,
donde en los momentos en que estaba ya formado el cuadro para ejecutarlos,
llegó la orden del general tomas Mejía suspendiendo dicha ejecución”. Años después,
Juárez le pagaría el favor a Mejía, mandándolo fusilar en el cerro de las
campanas.
Tras cuatro meses de cautiverio, Tereso logró fugarse y se incorporó
a las fuerzas acampadas en Zacatecas. Gracias a su valor ascendió a capitán de infantería
y luego a comandante de batallón, cargo que le fue conferido directamente por
el presidente, a quien acompaño hasta paso del norte. Por su defensa de la
independencia nacional recibió un diploma que amparaba una condecoración de
primera clase.
Regresó a la capital al triunfo de la república en 1867 y contrajo
matrimonio con teresa Garcés Rendón. Estos hechos lo acercaron a su padre. Según
declararían diversos testigos, el “proveyó a la subsistencia y colocación de
don Tereso y lo trató siempre en vida con grande afecto y cariño, teniéndosele en
la familia legitima de don Benito como hijo de este”. Esto permitió que Justo
Benito Juárez Garcés naciera en palacio nacional el 7 de agosto de 1870.
Tereso nunca perdió su vocación militar. Ya siendo
presidente Porfirio Díaz, le escribió: “encontrándome actualmente en el depósito
de CC. Jedes y oficiales, después de haber prestado mis servicios a la nación
en diversas épocas y últimamente en el ministerio de guerra, a donde ingrese
por orden de mi padre Benito Juárez… permaneciendo en dicha oficina durante 11
años consecutivos, deseo nuevamente entrar al servicio activo, adonde usted lo
crea más conveniente, a cuyo fin me tolo la libertad de dirigirme a usted con
el objeto de suplicarle tenga a bien acoger esta petición”. Díaz cumplió sus
deseos y lo reincorporó.
A la muerte de su progenitor, Tereso vislumbró que al fin podría
proporcionar a los suyos un mejor porvenir, ya que se consideraba con derecho a
una parte de la herencia, que estimaba cuantiosa. Fue tal la notoriedad que
adquirió en esos momentos en los círculos políticos, que quienes criticaron a Juárez
por aferrarse al poder, murmuraron con sorna: “lerdo de tejada será hoy el
presidente de la república, a no ser que don Tereso Juárez, el hijo primogénito
de don Benito, se presente a reclamar la silla como un mueble de familia”.