3.20.2023

LUNES CULINARIO: REGAÑADAS OAXAQUEÑAS

 Buenos días mis chavos, bienvenidos a la semana donde festejaremos al mero mero papas fritas de las papas fritas: Benito Juárez, quien al asumir el cargo del Poder Ejecutivo defendió el proceso constitucional de 1857, consolidó trascendentales reformas para el Estado y salvaguardó la soberanía y libertad del pueblo mexicano. A pesar de la atareada administración pública que tuvo que organizar y gestionar, fue una persona que encontraba momentos para sus asuntos privados, como su alimentación.

A partir de un documento intitulado Diario del gasto de la Casa del Señor presidente de la República don Benito Juárez, resguardado en el Archivo General de la Nación, podemos conocer propiamente lo que se llegó a consumir entre mayo y junio de 1860 dentro de la casa presidencial, la cual para aquel momento había sido establecida en Veracruz, estado que se había transformado en bastión de las fuerzas constitucionalistas, las cuales para aquellos meses pudieron disfrutar un lapso de paz después de haber resistido el sanguinario cañoneo de marzo ordenado por Miguel Miramón sobre la ciudad de Veracruz.


La alimentación del presidente y su familia se componía de proteínas, cereales, verduras, frutas y uno que otro postre. Entre la variedad cárnica que se concurría a servir se encontraba res, puerco y pollo, en ocasiones se compraba conejo, pescado y venado. Se preparaban también platillos a base de riñones, sesos, tasajo, longaniza, jamón, quesos y huevos.

Los frijoles, lentejas, papas, camotes, arroz y maíz fueron los tubérculos, legumbres y cereales que acompañaban a los platillos principales, con su respectiva porción de verduras y frutas como nabos, lechuga, berenjena, chícharos, elotes, col, chayote, acelgas, calabazas, nopales y tomates, entre otros productos.

Como postre se degustaban algunos antojitos propiamente de la tierra natal de Benito Juárez como las famosas regañadas oaxaqueñas, el chocolate oaxaqueño y el pan de yema oaxaqueño, también tenía el presidente un gran gusto por el pan chiapaneco denominado capricho. Otros postres que fueron de gran aprecio en las épocas de calor eran los helados y nieves. En ocasiones se prefería mejor un postre más saludable como un plátano dominico, un mago o una buena rebanada de piña.

En esta ocacion vamos a preparar las Regañadas Oaxaqueñas, un pan dulce tradicional de los pueblos zapotecas en el Itsmo de Tehuantepec que originalmente se hacían solo para semana santa. Una verdadera delicia que les encantará preparar en casa.

En localidades como Juchitán y Unión Hidalgo existen familias con más de 4 generaciones elaborando este pan dulce tan tradicional en la zona del Itsmo de Tehuantepec. 

Estos dulces bocados es algo que de pronto olvidamos que también existen en Oaxaca y forman parte de su gastronomía, más allá de los moles, chapulines, el chocolate y platillos típicos que siempre vienen a nuestra mente de este rico estado.

Vamos a necesitar

1kg de harina

350g de manteca

250g de azúcar

1 taza de agua fría

1 cucharada de royal

1 cucharada de sal


 Para preparar las regañadas oaxaqueñas lo primero que haremos será disolver la sal con la taza de agua, mezclamos muy bien asegurándonos de que no quede ni un grano de sal.

Ahora cernimos la harina con el royal sobre una superficie plana y hacemos una fuente o hueco en el centro y ahí añadimos la manteca comenzamos a amasar y poco a poco vamos añadiendo el agua mientras amasamos hasta formar una pasta que debe quedar suave. Esta es la parte que necesitará más de nuestro tiempo para la preparación ya que debe amasarse por un buen rato hasta obtener la consistencia suave que requerimos.

Ya que esta lista la masa o pasta, vamos a formar bolitas como de unos 30g y las colocamos sobre un tazón o charola y las dejamos reposar unos 30 minutos tapadas con un trapo húmedo. 

Prendan el horno a la temperatura más alta, eso ayuda a que el pan se dore.

Pasado este tiempo, cubrimos con mucha harina la superficie plana y tomamos una bolita y la aplastamos hasta formar una tortilla, no se preocupen si no esta delgada, ya que la hicimos con la mano las vamos a extender con el rodillo o con una botella lisa, hasta hacerla delgada, le damos una vuelta como si fuera una quesadilla y le volvemos a pasar el rodillo o la botella. No importa si no les quedan redondas, al contrario, suelen tener más la forma de un triángulo. Vayan extendiendo con suficiente harina para que no se peguen y las van colocando una a una sobre charolas para el horno bien cubierta de manteca de cerdo para que no se peguen las regañadas oaxaqueñas.

Con estas cantidades les pueden salir unas 30 a 40. Así que pueden hacerlas y colocarlas una sobre de otra para irlas metiendo al horno.

Ya sobre las charolas las espolvoreamos de azúcar blanca y en el centro un poco de azúcar morena pintada con polvo rojo o si encuentran azúcar de colores le ponen un puñito para que adorne el centro.

Ahora las metemos al horno entre 15 a 20 minutos, notarán que se van dorando y esponjando, si ven que están antes retiren del horno. Sacamos el horno, dejamos reposar y se pueden guardar en bolsas de plástico para que se conserven.

Y listooooooo, disfrute de sus regañadas y siéntanse como benemérito de las Américas.

Sacado de los sabores de mexico punto com y de doble u doble u doble u punto gob punto emeequis