8.04.2020

¿A dónde van los muertos por Covid-19 en Reynosa?

Debido a que las morgues de los hospitales y crematorios se encuentran saturados –de fallecidos por Covid-19– el gobierno del Estado autorizó sepultarlos en cementerios sin funeral por parte de los familiares para evitar riesgos de contagio.

Adalberto Elizondo, titular de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), refirió que sólo hay un cementerio de la ciudad autorizado para inhumar cuerpos de quienes fallecieron por coronavirus.

Para llegar al camposanto hay que trasladarse sobre la carretera libre Reynosa–Matamoros y retornar a la altura del ejido Palo Blanco (situado a 27 kilómetros del centro de la ciudad), posteriormente tomar una desviación a la derecha que está poco antes del entronque de la autopista de cuota junto al canal Anzaldúas. En el señalamiento dice “Ej Santana 3”.




Enseguida hay que avanzar por el puente que cruza el camino de peaje que conecta directamente con una zona industrial. Más adelante está una quinta y después hay que cruzar la vía del ferrocarril para incorporarse hacia el lado izquierdo de la brecha Los Alacranes.

Pasando el rancho La Negrita, a un kilómetro, hay otro entronque, que se une a una carretera que va hacia el puente internacional Reynosa–Pharr. Ahí hay que dar vuelta en “u” a la derecha por un camino de terracería. Unos 400 metros después está el acceso al panteón.




Para dar con el lugar exacto donde están enterrando los cadáveres de Covid–19 sólo se debe seguir derecho por la calle principal y topar; hacia la parte izquierda del terreno se alcanzan a ver las fosas, la mayoría abiertas y unas pocas ya tienen cruces con los nombres de aquellos que ya fueron inhumados.






INHÓSPITO DESTINO

Llama especialmente la atención que los espacios mortuorios fueron desenterrados con maquinaria pasada y están trazados con menos de medio metro de separación entre uno y otro.

Por sí solos estos huecos vacíos con tres metros de profundidad imponen y muy probablemente, si no se aplana la cantidad de muertos en pocos días podrían estar ocupados.

Ahí descansan ya algunos muertos que la pandemia ha provocado en la ciudad, todos ellos con fechas de defunción recientes.

Por ejemplo, en el Lote 2 fila 1 se encuentra la tumba de María Guerra Solís, quien murió el 1 de julio de 2020. A su lado, en el Lote 4 está Félix Quintanilla Salinas, fallecido el mismo día. Después, en el Lote 6, está Dominga Martínez De la Cruz.

Casi todas las cruces son metálicas y las nomenclaturas están entintadas de gruesos plumones con diferentes colores. Y así sucesivamente los restos humanos fueron enfilados hasta el Lote 20. La última persona enterrada ahí tiene fecha del 6 de julio.


LAS CREMACIONES

En medio de la pandemia que flagela al mundo los servicios hospitalarios no son los únicos que se están viendo saturados: también las empresas fúnebres.

Empleados de las compañías mortuorias aseguran que recogen diariamente hasta siete difuntos con diagnóstico de Covid–19.

El trabajador de una empresa funeraria comentó que cuando una persona pierde la vida y en su acta de defunción aparece con el Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo o Neumonía por Covid-19, la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) recibe un reporte del hospital y se le da aviso a las empresas mortuorias entre las que se reparte el manejo de los cadáveres en esta ciudad (Gayosso, Valle de la Paz e Inhumaciones Español).

Para las familias de quienes murieron por esta causa el servicio de incineración no tiene ningún costo, según mencionó, pero no debe haber velorio, para evitar que el virus provoque nuevos contagios.




“No vas a pagar nada. Salubridad tiene convenio con tres funerarias y nadie puede recoger muertos de Covid-19 más que nosotros tres. Cuando a la familia le dan la prueba de resultados de coronavirus, y sale que es positivo, nada más nos entregan la hoja y no van a gastar”, relató.

EL PROCESO

Explicó cómo es que los empleados desempeñan esta cuidadosa función y la manera en que se protegen para evitar infectarse ellos y a sus familias.

“Nosotros portamos lo que es el overol como traje protector, la mascarilla, la careta, las botas y los guantes, pero cuando el muerto es por Covid–19 tenemos que ir más protegidos que de costumbre”, relató.

Posteriormente al llevar el cuerpo al crematorio toda su indumentaria tiene que ser incinerada también, por lo que a los deudos le entregan las cenizas del difunto mezcladas con los restos artificiales.

“Ahí mismo nos quitamos la ropa y pasamos inmediatamente a una área de sanitización. Nos rociamos con los desinfectantes para poder continuar con nuestra tarea de pasar a limpiar la unidad donde se hizo la transportación.

“Para que el cadáver se consuma completamente tarda de cuatro a cinco horas y todo se reduce en cenizas, pero no se le quita nada, se va con todo y bolsa plástica, con todo lo que lleve, además de nuestra ropa, todo se incinera”, describió.

Posteriormente deben esperar a que se enfríe la zona para maniobrar en la recolección de los restos de cada persona, ya que el horno calienta a una temperatura de 700 a 800 grados centígrados y funciona con gas LP

“Recogemos las cenizas con una espátula de cuatro metros de largo. Luego nos cercioramos que no quede ningún fierro, así que se meten a la trituradora, después a una bolsa de plástico y a la urna, para posteriormente llevarlas al área de recepción y se pueda hacer la entrega, que pase el familiar a recogerlas”, pormenorizó.


EL VIRUS SE SALIÓ DE CONTROL

El empleado de la funeraria reconoció que en los últimos meses gran parte de los difuntos que les toca recoger son correspondientes al coronavirus y proceden de los diferentes centros hospitalarios de Reynosa.

“Desde que comenzó la pandemia Gayosso lleva alrededor de 50 más o menos. Se recogen de cinco a siete por día de Covid–19.

“Ahorita ya estamos recogiendo de Pemex, del Santander y hasta del Hospital Muguerza que son de Covid–19; esto ya se salió de control y los médicos no pudieron detenerlo, prácticamente todos los hospitales están teniendo fallecimientos por coronavirus”, lamentó.

En cuanto a los que no fallecen por coronavirus, refirió que normalmente cuando se adquirió un paquete fúnebre por anticipado, que consiste en gavetas y trámites, el costo es de 15 mil en promedio, de lo contrario se eleva hasta 40 mil pesos.

“Esto depende del tipo de féretro, tomando en cuenta que nada más les dan media hora para despedirse y son 10 personas en la sala y 10 en el cementerio”, detalló la fuente.

LABOR HUMANITARIA

El 29 de junio el propietario de la funeraria Valle de la Paz, Óscar Hinojosa, informó que realiza la cremación de los cuerpos sin costo alguno para los deudos.

“Es un servicio que cuesta 20 mil pesos, pero no hemos cobrado ni un centavo a los familiares, trabajamos con mucha sensibilidad, hasta la urna les damos”, declaró.

Especificó que el proceso de traslado, cremación y entrega de restos de víctimas por coronavirus se ha dado de manera ordenada, porque es la Coepris la que autoriza la recepción de los difuntos.

A pesar de eso, Hinojosa manifestó que no ha recibido pago alguno ni por levantar los cuerpos de los migrantes de San Fernando en el 2010 ni por las personas fallecidas de coronavirus en este 2020.

“Lo de los 72 de San Fernando nunca lo quisieron pagar. Metimos una factura muy humilde y alguien más la cobró por nosotros. Yo lo tomé como un abono, no al Citibank, sino al Celestial Bank”, dijo y consideró que el dinero que ha gastado por los servicios que brinda actualmente le serán reembolsados “en el tiempo de Dios”.

Sin embargo, Adalberto Elizondo, titular en Reynosa de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, mencionó que las funerarias sí están recibiendo un pago por sus servicios.

Indicó que por instrucciones del gobierno de Tamaulipas, en caso de que una persona fallezca por coronavirus, los costos de cremación o servicios mortuorios van por cuenta del gobierno.

El funcionario dijo no tener el dato específico de cuánto cobra cada empresa del ramo por cada persona que murió por esta causa y que su función es únicamente la de asignar los cuerpos cuando la familia aceptó el servicio que está ofreciendo el gobierno estatal.

Hugo Ramírez, secretario técnico del Ayuntamiento de Reynosa, informó que también el gobierno municipal se encuentra asistiendo económicamente a los familiares de quienes han perdido la vida por el virus.

“Nosotros estamos apoyando con los derechos, o sea, los impuestos generados para sepultar a una persona que tenga Covid–19”, señaló.

C&P de aca