2.13.2023

LUNES CULINARIO: GOULASH

 Unas pocas millas antes de que el Danubio llegue a Budapest, el río gira hacia el sur, fluyendo paralelo a uno de sus afluentes más poderosos, el Tisza, a unas 70 millas al este. Entre ellos se encuentra el corazón de la Gran Llanura Húngara. Sin barreras naturales, esta pradera salvaje fue durante la mayor parte de la historia un paso de guerreros: primero los hunos, luego los mongoles y más tarde los turcos, quienes la ocuparon durante 150 años hasta que finalmente fueron expulsados ​​en 1699. A lo largo de la tensa zona fronteriza, dejaron un legado culinario: cafés y confiterías, la masa fina que ahora se conoce como strudel y plantas de chile. Recientemente introducidos de las Américas, probablemente de México, los chiles tenían flores delicadas y bayas huecas que maduraban de verde a tonos de amarillo y rojo. Los nobles las cultivaban como plantas ornamentales en sus jardines amurallados, de donde gradualmente se dirigieron a las huertas de los campesinos. A fines del siglo XIX, los húngaros habían creado nuevas variedades de chiles, encontraron formas de procesarlos y crearon su especia definitoria, el pimentón. Espolvoreaban el polvo rojo sobre pan y manteca, o sobre queso fresco, lo añadían a su salami, lo introducían en sus sopas de pescado de río y lo usaban en abundancia en su nuevo plato nacional, el goulash.


La invención del goulash comenzó con uno de los grupos más humildes de la sociedad húngara, los vaqueros, según el distinguido etnólogo húngaro Eszter Kisbán. Grupos de cinco o seis hombres solteros, con sus perros y un par de caballos para tirar de su carro de suministros, pasaban meses o incluso un año en las llanuras cuidando ganado gris alto y delgado con largos cuernos hacia arriba. Cocinaban ellos mismos en grandes calderos colgados de un tronco sostenido por postes sobre un fuego abierto, utilizando suministros simples y no perecederos: mijo, manteca de cerdo, tocino, cebollas, sal y, a veces, pimienta negra. Si uno de los animales moría o era sacrificado, los pastores se daban un festín con un plato raro de carne fresca, un guiso simple hecho al dorar la carne en manteca de cerdo y cebollas, agregando agua y, si estaba disponible, pimienta negra. En algún momento, comenzaron a sustituir la pimienta por chiles rojos secos, molidos en trozos grandes, de los huertos familiares. En los pueblos, algún innovador desconocido había redescubierto lo que ya se sabía en las Américas, que los chiles se podían secar, aplastar con los pies y machacar en un mortero. A finales del siglo XVIII, los viajeros comentaban este plato campesino tosco y especiado que dejaba un agradable calor en el estómago. Dado que el término húngaro para pastores eragulyás , los viajeros llamaban a esta carne de pastores, o gulyás hús.

Pues bien amiguitos, hoy prepararemos Goulash que como ya vimos es uno de los más antiguos guisos de carne que existen. Este guiso se prepara a base de carne de res y cebolla, pero su ingrediente característico es la paprika. Existen muchas variedades de goulash y puede prepararse con otros tipos de carne, pero siempre conserva ese sabor típico.


En esta ocasión, te traemos una rica receta de goulash húngaro, sencillo de preparar pero delicioso. Este goulash de carne cuenta con ingredientes fáciles de encontrar en casa, así que es un guiso casero para cualquier comida con o sin invitados.

Los ingredientes que necesitaremos son los siguientes:

 500 gramos de carne de res cortada en cubos, le dices al de la carnicería que te la corte en cubitos, la carne.

 3 tomates

 2 cebollas blancas

 1 pimiento rojo

 1 diente de ajo

 1 zanahoria

 4 cucharadas soperas de harina

 1 pizca de sal

 1 pizca de paprika (pimentón dulce). La venden en la walmart (como dicen los poshos).

 1 pizca de pimienta

 

Lo primero que debes hacer es alistar todos los ingredientes. Recuerda que puedes pedir en la carnicería que te corten en cubos la carne de res, y si no te gusta la carne de res puedes hacer el gulash carne de cerdo o carne de pollo.

En un plato aparte, ponle sal y pimienta a la carne y cúbrela con harina con el fin de espesar luego el goulash.

En una olla bien caliente con un poco de aceite de oliva y a fuego alto, cocina la carne hasta que se vea un poco dorada, luego resérvala en un plato aparte.

En la misma olla, cocina la cebolla y el pimentón cortado en cubos finos junto con la zanahoria pelada y cortada en rodajas también finas. Añade también el ajo a este sofrito y cocina durante 5 minutos a fuego igualmente alto.

Agrega los tomates rallados para obtener el jugo, junto con una cucharada de paprika o pimentón dulce, y sigue cocinando el goulash húngaro a fuego alto por 5 minutos más.

Después, para seguir con la preparación de esta carne en goulash, agrega de nuevo la carne, una taza de agua, tapa la olla y cocina durante 25 minutos a fuego medio. Rectifica sabor con sal y pimienta.

Sirve y degusta este delicioso goulash húngaro en el almuerzo o en la cena, si lo deseas puedes acompañar con papas al vapor, asadas o arroz blanco.

Y listooooooo, ya pueden comer como verdaderos húngaros de hungaria. (Es una broma, bachapala, todos sabemos que se dice Hungría). Disfruten su chingadera que hicieron y nos vemos en la próxima.

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