Casi ciega
Una mujer de 32 años residente de Belfast, en Irlanda, se está quedando ciega como consecuencia de tatuarse los ojos de azul y púrpura. Procedimiento al que se sometió hace algunos años pese a la advertencia de su hija de 7 años de edad. Se trata de Anaya Peterson, una estudiante de derecho que vio en Amber Luke, una influencer de la modificación corporal, un modelo a seguir.
En el pasado, Luke sorprendió a sus seguidores tatuándose la esclerótica con tinta azul brillante. Anaya quedó sorprendida por la apariencia de su ídolo y decidió someterse al mismo procedimiento en 2020. Esto a pesar de que una de sus cinco hijas le preguntó qué pasaría si llegaba a quedar ciega.
Se tatuó los ojos de azul y púrpura.
En julio de 2020, Anaya Peterson se sometió al procedimiento para alterar el color blanco de su esclerótica derecha con un tono azul. El proceso de recuperación resultó tormentoso, particularmente por los dolores de cabeza que la aquejaron durante varias semanas. Sin embargo, cinco meses después ya estaba lista para tatuarse el otro ojo de un color distinto.
Aparentemente, el procedimiento resultó todo un éxito y transcurrió los siguientes meses sin mayor problema. Pero, en agosto de 2021, la irlandesa se despertó con los párpados inflamados y parecía que un enjambre de abejas la había atacado. La inflamación no hizo más que empeorar con el paso del tiempo y terminó hospitalizada.
El inicio de una pesadilla.
El personal médico le suministró un cóctel de antibióticos que parecían inútiles contra la inflamación. Estuvo canalizada durante tres días y los médicos tomaron una biopsia de uno de sus globos oculares. Eventualmente, la operaron de ambos ojos en un intento desesperado por evitar que quedara ciega. La mujer mejoró lo suficiente y le dieron el alta médica, pero su pesadilla apenas comenzaba.
A la mujer ya no se le inflamaron los párpados, pero el daño provocado por las tintas en sus globos oculares tuvo un impacto grave en su visión y salud ocular general. Tras acudir a un especialista, el oftalmólogo le diagnosticó una alta probabilidad de desarrollar glaucoma, así como un deterioro drástico de su visión.
Las graves consecuencias de tatuarse los ojos.
“Esencialmente, estoy a nada de quedarme ciega”, cuenta la mujer de 32 años. “Perdí mi visión de 20/20. A lo lejos no puedo distinguir los rostros. Si no me hubiera tatuado los globos oculares, no tendría este inconveniente. Incluso hoy desperté con una mayor cantidad de moscas volantes en los ojos”.
“Es imposible retirar estos tatuajes de mis ojos. Tendré que cargar con este problema por el resto de mi vida. Básicamente, creo que lo mejor es dejar que la ceguera se desarrolle a medida que envejezca. Cuando cumpla 60 o 70 años, no quiero tener que visitar al oftalmólogo cada dos o tres días”, dijo Peterson.
Anaya recuerda que su hija, India, de apenas 7 años de edad, siempre estuvo en contra de que se tatuara los ojos. Pero nunca la escuchó. En retrospectiva, dice que solo debería haberse tatuado uno de sus globos oculares con tinta negra y dejar el otro ojo normal. Así, al menos tendría un ojo sano. Tristemente, no es el primer caso. En 2017, Catt Gallinger sufrió serios problemas de salud tras tatuarse uno de sus ojos.