2.20.2023

Un día en el Walmart

 


Hace ya casi un año, estaba con mi hijo platicando muy contentos en la fila de un Walmart de Pittsburgh, esperando para pagar un cuadro gigante de dragón ball z, mismo que le había comprado por sus buenas calificaciones. Adelante de nosotros había un hombre de rasgos hispanos muy marcados, como de unos 40 años, estaba callado y mal encarado, también en espera de que le cobraran. De repente el hombre estalló en cólera y me miró con odio mientras me decía en voz alta muy alterada “Me molesta que hablen en español, denme más espacio, aléjese, ¿okay? Sí me entiende, ¿verdad?” (Todo me lo dijo en inglés). Hice como que no entendí no dije absolutamente nada, aunque se me ocurrieran mil cosas, mi hijo lo observaba muy enojado, pero como yo me quedé inmóvil y callado, el también hizo lo mismo.
Los de la fila murmuraban pues talvez esperaban una discusión que no llegó. Cuando el hombre se retiraba, un señor que estaba justo atrás de nosotros en la fila me preguntó “¿Por qué no le dice nada señor?” Le contesté: “Es que nosotros sí somos felices y no nos gusta discutir”. El hombre del problema escuchó y pienso que quiso reclamar, pero como era en español y no le hablaba a el, quizás no quiso delatarse que en verdad si sabía español.

La cajera, un poco apenada, nos dijo en español, “No lo tomen a mal, discúlpenlo, el así es” Entonces le dije: “No se preocupe por nosotros, hoy estamos muy contentos y si el hombre quiere pelear, pues se equivocó de personas”.

En el camino al estacionamiento, mi hijo estaba molesto y pensativo, nunca lo había visto así y me preguntó con inquietud “papá, ¿por qué el hombre es así? No le hicimos nada, solo hablábamos español. ¿Acaso tú no te enojaste?” Le dije: “Claro que sí me enojé muchísimo, hijo, me calienta la sangre, pero con mi sobrepeso no podría pelear”.
Y en eso que aquel hombre se aparece detrás de mí y que agarra a mi hijo, le bajo sus pantaloncitos pegaditos y le empezó a dar nalgadas ahí en el estacionamiento mientras gritaba como poseso en inglés “¡Tu prepucio no agrada a Dios, tu prepucio no agrada a Dios” (your foreskin doesn’t apost please God!!), y en eso yo le decía: “No, señor, hay otras formas de hacer esto, por favor deténgase” y que me grita “CHINGAZ A TU PUTO PADRE PENDEJO!! SAKA LA GREENCARD A BER SI MUI GRINJITO KBRONBES". Acto seguido se bajó los pantalones, sacó su miembro fálico hispano y se lo metió a mi hijo con todo y cuadro de dragon ball z por el culo. Después volteo a verme aun con su falo erecto, y yo ahí discretamente me lo empecé a saborear y que me dice en ingles el muy mamón “Te voy a hacer sentir gringo” Y ¡zas!, que me la mete con todo y el pantalón puesto.

De la fuerza del impacto creó un agujero a través de mi ropa que daba directamente a mi culo. Ahí me bombeó hasta que se corrió dentro de mi, acto seguido me aventó a mi hijo dentro de mis intestinos con todo y el cuadro de kokun.

Pasaron los meses, y esto me ocasionó un embarazo de mi propio hijo que vivió dentro de mí por 9 meses hasta que lo di a luz de nuevo, en el proceso, me empecé a sentir más mujer (hasta lactaba y toda la cosa). El cuadro por fin está en el cuarto de mi hijo recién nacido por segunda vez. Desde entonces recorro todos los bares de Pittsburgh buscando hombres vestidos de mujer, me hago llamar la choripana.


Cortesía del Quesos