El monstruo de Gila es una de las dos únicas especies de saurios venenosos en todo el mundo. Habita en territorio mexicano y hoy en día se encuentra en peligro de extinción debido a distintas amenazas a su entorno.
Esta peculiar especie pertenece a la familia Helodermatidae
que habita únicamente en el continente americano y posee glándulas especiales
productoras de veneno. Los dientes de este impresionante reptil tienen dos
canales o ranuras, por donde pasa el veneno cuando muerde a su presa. Las
glándulas venenosas en esta especie están localizadas en su mandíbula inferior.
Su mordida es muy dolorosa, en algunas ocasiones peligrosa
pero pocas veces mortal para el hombre. El mecanismo transmisor de veneno es
muy rudimentario, ya que el veneno fluye dentro de su boca y posteriormente
penetra en las heridas ocasionadas por la mordida del lagarto, por lo que solo
es útil para la caza.
El monstruo de Gila se ubica principalmente en los estados
de Sonora y el noroeste de Sinaloa. Usualmente habita en zonas rocosas en donde
puede camuflarse con el entorno y así protegerse de los depredadores.
Periodos activos y de reproducción del lagarto de Gila
El monstruo de Gila se mantiene activo durante el periodo
de lluvias, del mes de mayo hasta finales de octubre, que es cuando este
lagarto caza, se aparea y pone huevos. Esta especie hiberna a finales del mes
de octubre, por lo tanto su actividad se reduce en este periodo.
Durante los meses de mayo y junio es el periodo de copulación de esta especie. El proceso llega a durar de 30 minutos hasta una hora, sin embargo, el cortejo puede tardar 12 horas. La gestación dura dos meses, la hembra deposita los huevos de los que nacerán nuevas crías después de 117 a 130 días.
En su hábitat natural, el lagarto de Gila pone de 1 a 12 huevos una vez al año entre los meses de julio y agosto.
Principales amenazas del lagarto de Gila
Este hermoso reptil se encuentra catalogado como una especie
en peligro de extinción. Las principales amenazas son la transformación de su
hábitat natural debido a la tala excesiva y al sobrepastoreo en la región. Otro
gran factor de riesgo es el comercio ilegal de esta hermosa especie.
Cuidar nuestra biodiversidad no es tarea fácil pero en nuestras manos está la posibilidad de dejar un buen sitio en donde vivir a las futuras generaciones.
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