Buen míercoles, kkriamiflos, hoy les traigo la reseña de una película que acaba de estrenar en los cines de México y que merece una oportunidad.
Inspirada en una historia real, e incluyendo casi todos los temas de la actual (y temible) agenda social y políticamente correcta de Hollywood, Green Book se alza por encima de muchas contendientes actuales y precedentes de los Oscar en una cosa: su clasicismo, calidez, su apuesta sin disimulo por cierto cine que Hollywood solía confeccionar muy bien hasta hace apenas quince años (y que algunos llamarían rancio: las similitudes con Paseando a Miss Daisy son evidentes) y, sobre todo, su apuesta por las actuaciones de dos actores capaces de dar carne y sangre a dos personajes estereotípicos.
Comedia y drama se amalgaman en un filme conmovedor y divertido, que no carga en la mochila emocional del espectador con décadas de culpa racista y repleto de instantes de una sutileza (y sencillez) abrumadoras: ese pequeño travelling hacia Tony mirando, desde el exterior de una ventana (fuera, por tanto, de esa élite "pija" que aplaude al pianista) cómo Don es efectivamente un genio en lo suyo; Don espetando a Tony, poco después, que los otros negros esperaban fuera "porque ellos no tenían elección"... Es el germen del intercambio de ambos personajes, que arroja reflexiones sociales de hondo calado y que aportan y enriquecen el debate racista: quizá no sea tanto cuestión de raza sino de clase social; y dentro de esto, no tanto de dinero como de poder. Pero tan importante como eso es la experiencia del espectador, y es ahí donde Green Book sale de verdad ganando.
En el filme de Farrelly existe una vivacidad y nostalgia compatibles con la tragedia de un país incapaz de dar un paso adelante; un optimismo (jamás se habla en el filme de depurar diferencias, que al contrario, parecen abrazarse con ganas) que se aplica a los dos puntos de vista de los protagonistas... dos personajes que, huelga decirlo, son esencialmente muy parecidos. El resultado acaba siendo más complejo y sutil que otras odiseas "racistas" a lo Barry Jenkins: preciosa, divertida, convencional, probablemente imperfecta, Green Book es -por fin- un filme "oscarizable" que hace sentir cosas al espectador.
Calificación final: 8.5 de 10
Xime