6.16.2023

EL PRINCIPADO DE SEALAND: PARTE II

 Y continuando con la plática de ayer, les traemos la segunda y última parte de esta intrigante historia que bien pudiera confundirse con una película de Hollywood, pero no, es un caso de la vida real.

El 25 de septiembre de 1975, el príncipe Roy proclamó la Constitución del Principado de Sealand.

Con el tiempo, se crearon otros emblemas nacionales, como su himno nacional, sus sellos y monedas de oro y plata acuñadas como dólares de Sealand. Se expidieron pasaportes del Principado de Sealand a nombre de muchos de los que contribuyeron a la creación y a la continuidad del principado.

En agosto de 1978, un grupo de holandeses y alemanesal servicio de un hombre de negocios alemán llegaron a Sealand.La visita tenía como pretexto una propuesta de negocios, lo que resultó ser una argucia, ya que se trataba de mercenarios muy bien entrenados.

 


Mientras el príncipe Roy estaba ausente secuestraron a su hijo Michael y tomaron Sealand por la fuerza. Estos terroristas ataron al príncipe Michael de pies y manos, al que mantuvieron prisionero durante varios días, para finalmente subirlo, contra su voluntad, a un pesquero. Tras desembarcar en los Países Bajos, el príncipe Michael regresó al Reino Unido para encontrarse con su padre, el príncipe Roy. Inmediatamente se fraguó un plan para recuperar Sealand cuyo nombre en clave era: Operación Tridente. Se convocó a los ciudadanos más leales y mejor adiestrados de Sealand, y así nació la legendaria «Unidad Especial de Sealand». La operación se llevó a cabo pocos días más tarde. Consistió en un arriesgado asalto en helicóptero al amanecer y culminó con la entrega incondicional de los invasores.

Los invasores fueron detenidos como prisioneros de guerra. Durante este período, los gobiernos de Alemania y de los Países Bajos pidieron su liberación. En un primer momento solicitaron a Gran Bretaña que interviniera en el asunto, pero el gobierno británico aludió a su anterior decisión judicial como prueba de que no tenía autoridad sobre el territorio de Sealand, señalando que no podían actuar. El príncipe Roy liberó a los ciudadanos holandeses, ya que la guerra había terminado, y los Convenios de Ginebra exige la liberación de todos los prisioneros. Sin embargo, el ciudadano alemán era titular de un pasaporte de Sealand. Y en consecuencia, fue juzgado en Sealand por traición. Se le declaró culpable y fue encarcelado durante un largo tiempo en la cárcel de Sealand, en el fondo de la Torre Norte. Posteriormente, en un sorprendente acto de reconocimiento de facto de la soberanía de Sealand, Alemania envió un diplomático en helicóptero directamente a Sealand para negociar la liberación de su ciudadano. El príncipe Roy, satisfecho de que el contrataque no se cobrara ninguna vida, liberó al ciudadano alemán que había cometido traición, con el fin de evitar que la reputación de Sealand quedara en entredicho.

El 1 de octubre de 1987, Gran Bretaña amplió sus aguas territoriales de 3 a 12 millas náuticas. El día anterior, en previsión de ello, el príncipe Roy declaró la extensión de las aguas territoriales de Sealand a 12 millas náuticas, para que el derecho de paso desde mar abierto a Sealand no se viera bloqueado por las aguas reclamadas por los británicos (Sealand está aproximadamente a 7 millas de las costas británicas).

 

Gran Bretaña y Sealand no han llegado a firmar ningún acuerdo para dividir las áreas superpuestas, pero cabe suponer que existe una política general de reparto del área a la mitad entre los dos países. International

La ley no permite la reivindicación de nuevas tierras durante la extensión de los derechos marítimos, por lo que la soberanía de Sealand está protegida. Es posible que algunas naciones hubieran intentado utilizar esto como excusa para tratar de socavar el derecho internacional y adjudicarse la totalidad del territorio de la nación más pequeña y menos reconocida, pero no ha sido así. Gran Bretaña no ha intentado tomar Sealand, y el gobierno británico sigue tratando a Sealand como un Estado independiente.

A principios de 1999, un grupo de jóvenes empresarios estadounidenses presentó la idea de Havenco al príncipe Michael. La propuesta era establecer una granja de servidores de Internet en Sealand que permitiera a los usuarios operar sin las drásticas restricciones de censura impuestas por otras naciones..

 


Durante el año 2000, en medio del boom del punto com, se firmaron contratos, se captó capital y se establecieron bases de Havenco en Sealand, Londres y Ámsterdam. Se realizaron grandes mejoras en la infraestructura para acomodar y alimentar los enormes bastidores de servidores, además de cumplir con las exigencias logísticas del proyecto. Se instalaron conexiones vía satélite y microondas y alrededor de 25 funcionarios de Estados Unidos, Reino Unido y Europa se trasladaron a Sealand, para preparar el lanzamiento del servicio. Havenco acaparó la atención de los medios de comunicación de todo el mundo y el inicio del proyecto fue recibido con mucha expectación. Este resultó ser el primer tropiezo de Havenco, ya que el lanzamiento del servicio sufrió retrasos y, el día del lanzamiento, el entusiasmo de los medios se había enfriado.

A finales de 2000 se lanzó Havenco. Enseguida, surgieron diferencias entre la familia real de Sealand y los miembros de la alta dirección de Havenco en torno a cuestiones relacionadas con la política del usuario. El año posterior al lanzamiento, el fundador de Havenco regresó a los EE. UU. alegando problemas personales. A finales de 2002, el director de tecnología de Havenco abandonó la empresa en extrañas circunstancias. En 2003, con unos recursos que se agotan rápidamente, Havenco se disolvió.

 


En junio de 2006, se produjo un incendio debido a un fallo anómalo de uno de los generadores de energía de Sealand. El fuego se extendió rápidamente por la cubierta de la sala del generador, abarcando la totalidad de la plataforma norte. Desde la RAF de Wattisham se envió un helicóptero de rescate para evacuar a uno de los ciudadanos de Sealand. Fue trasladado por vía aérea al hospital, donde fue atendido por inhalación de humo y dado de alta el mismo día. El principado mantenía una buena relación con los equipos de rescate aire-mar de la RAF y durante años había permitido que realizaran simulacros de evacuación de heridos por vía aérea desde la fortaleza de Sealand.

En las semanas siguientes, un equipo de no menos de diez personas se encargó de limpiar y reparar los daños causados por el incendio.

 

Sacado de sealandgov.org