Los eventos cíclicos constituyen un aspecto fundamental de la función biológica del organismo; los patrones de sueño, el hambre y la menstruación se encuentran entre los más reconocidos. Pero hay otros que pueden pasar desapercibidos y con frecuencia son completamente ignorados; tal es el caso del ciclo nasal, un mecanismo que alterna y regula el flujo de aire que respiramos.
Seguramente habrás notado que al sufrir un resfriado,
infección o alergia que provoque congestión nasal, respiras mejor por una de tus fosas nasales;
aunque ciertamente es más evidente, esto no sólo ocurre cuando estamos
enfermos. Normalmente el aire que inhalamos al respirar, siempre es mayor por
una fosa nasal y luego se va alternando con la otra a lo largo del día.
Los cambios espontáneos y recíprocos en la resistencia
nasal unilateral se conocen como ciclo nasal, y aunque este mecanismo nasal se
identificó hace más de un siglo, la compresión de este fenómeno es relativamente
reciente.
La nariz tiene dos pasajes de respiración paralelos que
están divididos por una delgada pared de cartílago llamada tabique. Estos
pasajes se unifican en la parte posterior de la garganta, donde forman un túnel
que lleva el aire hacia los pulmones.
Durante mucho tiempo, los científicos investigaron los
motivos que justifican el ciclo nasal, encontrando que la eficiencia en la
percepción olfativa está detrás del proceso, pues nos hace apreciar mejor los
olores.
Si el aire se precipita demasiado rápido, los productos
químicos se eliminarán antes de que lleguen a los receptores de olor. Es por
eso que tu nariz tiene un camino rápido y uno lento. Simplemente, la
combinación de dos fosas nasales con diferentes flujos de aire permite tener
una “imagen de olor” más detallada del ambiente.
Otro beneficio que se obtiene de este intercambio del flujo de aire, es que da un descanso a cada lado de la nariz, ya que tener una intensa y constante corriente de aire fluyendo puede resecar la mucosa y matar los vellos que protegen de los contaminantes extraños.
Para lograr esta regulación del paso del aire, la nariz
cuenta con un tejido especializado que se hincha con el flujo sanguíneo, de
manera similar a una erección, y obstruye parcial y temporalmente el paso de
aire por esa fosa nasal.
El período de tiempo entre el cambio de orificio nasal varía dependiendo del individuo y de otros factores, pero cada ciclo generalmente dura entre 3 a 6 horas.
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