4.10.2023

Mi fetiche con los Uber 👡

 


Hace unos años era una depravada sexual peligrosa, me encantaba masturbarme en los Ubers de Guadalajara, llevaba lubricantes y me imaginaba que el conductor me eyaculaba en mis pechos, eso era suficiente para que mi clitoris se pusiera duro como una roca, me masturbaba en el asiento de atrás sin que el conductor se diera cuenta y squirtiaba detrás de su asiento. Para esto, yo andaba siempre con falda o vestido y no solía llevar calzones para que todo fuera más sencillo.

Casi ninguno se daba cuenta pero un dia ocurrió algo fuera de lo común. Abordé un Uber y para mí sorpresa la conductora era una mujer que a primera vista parecía hombre, pues llevaba su cabello cortito con corte a máquina y cera sobre su peinado de ladito con desvanecido meticuloso a los costados y degrafilado de la parte de arriba. También llevaba un pantalón color caqui militar y blusa verde olivo con una cadenita como las de las placas militares. Muy bonita ella pero rápido mi intuición me dijo que se trataba de una machorra.

Me subí en la parte de atrás como siempre y empecé mi ritual masturbatorio. Saqué un poco de lubricante de mi bolso y lo unté sobre mis dedos, después levanté un poco mi falda y me empecé a toquetear la entrepierna. El viaje era largo, pues iba desde zapopan hasta el San Juan de Dios a surtirme de maquillajes baratos y a degustar un delicioso menudo estilo Jalisco con pan blanco Bimbo o un pedazo de birote.

Pero bueno, estaba yo acariciando mi panocha imaginándome que la machorra conductora tenía un miembro enorme cuando de repente me dice: "se lo que estás haciendo. ¿Crees que no me ha llegado el olor a pescado?" Yo con voz entrecortada le pregunté que a qué se refería y me contestó "mira no te hagas pendeja, te vienes dediando en mi taxi" "te daré una lección que jamás olvidarás".

En eso empieza a acelerar y que se sale de la ruta con dirección a las afueras de la ciudad. Yo le decía que parara, que tenía razón y que le pagaría un extra por llenarle su asiento de baba, pero ella no aceptó y me dijo que no quería dinero, que lo que quería era quitarme lo maniaca sexual.
"Conozco a las de tu clase" me dijo, "y aceptarte el soborno solo se reflejaría en más asientos de Uber emblanquecidos, pero déjame decirte que Uber es una empresa seria"

Yo asustada intenté abrir la puerta del vehículo para aventarme pero no se podía, tenía seguro Anti chamacos. En eso que se mete a un callejon todo solo y me dice "ora si te cargó la panocha, bieja desgraciada". Se empezó a desnudar y no mamen, se cargaba tremendo cuerpazo marcado de gimnasio la culera, hagan de cuenta Sarah Connor de la segunda película de Terminator.

Se pasó al asiento de atrás y empezó a desvestirme, yo quise resistirme pues no me gustan las hembras, pero tenía más fuerza que yo, y de dos cachetadas que me propinó con sus manos de estibador, me dejó fuera de combate, casi inconsciente. Terminó de encuerarme y de debajo del asiento sacó una vergota negra de plástico y zas sin avisar que me la introduce con fuerza en la pepa mientras me besaba el cuello como si quisiera tragarme.
Después empezó a mamarme las tetas y a marcar chupetes en mi cuello. Para ese punto yo ya empezaba a sentir placer y en eso que saca una copa de vidrio y le caga encima.

Me dijo "órale cabrona, prueba mi cagada a ver sicierto que muy fetichista". A mí me dió mucho asco y ya quería vomitar pero arrimó la copa a mi boca y me la embarró con fuerza por toda la cara, estaba tan shoqueada que ni cuenta me di cuando fue que sacó el dildo de mi pepa pa introducirlo en mi qlo.

Todo placer que había sentido minutos antes se convirtió en asco y náuseas por la peste a cagada, realmente estaba sufriendo mientras esta machorra parecía estarlo gozando. En una de esas se levanta poquito para que su entrepierna quedara a la altura de mi cara y se empieza a masturbar a la vez que me decía "quieres de esto maldita golfa?" "Quieres de esto maldita golfa?" Y me arrimaba su entrepierna rasurada a mi cara. Su mano se movía cada vez más rápido estimulando su clítoris y de repente zas, que me avienta tremendo squirt en mi cara todavía embarrada de excremento. Luego, casi enseguida de ese squirt vino un segundo y poco después un tercero pero de menos intensidad.

Me dice, "órale vieja cabrona, servida" y abre la puerta y me baja del carro a empujones estando todavía yo desnuda y me avienta mis cosas por la ventana. Arranca el auto y se pierde entre las calles. Segundos después suena mi teléfono, era la app de Uber preguntando que que tal mi viaje con "Yerbita": Calificación 5 estrellas y 20% de propina.