“Siempre
imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”
Jorge Luis Borges.
Mis caros lectores,
La Biblioteca Real Danesa, mejor conocida como "El
Diamante Negro", en Copenhague es considerada la biblioteca más bella del
mundo. Entrelaza una arquitectura contemporánea exquisita, que entrevera lo
mejor de la arquitectura contemporánea, minimalista y art Decó, que se confunde con la luz escandinava que penetra sus amplias
cristaleras en cuyo fondo se vislumbra el bello puerto marítimo de la capital
danesa.
Imaginen por un momento que observan las pacíficas olas
del mar báltico, dueño de historias apasionantes por sí mismas, acabar en las
orillas del puerto escandinavo, frente a ustedes, mientras beben un expreso y comen un grlavlax, leyendo quizás a Hans Christian Andersen en su lengua
materna mientras se deleitan en los interiores de la que es considerada la más
bella biblioteca del mundo. Un atardecer en el que el sol comienza a desvanecerse
en el horizonte, mientras da paso a los albores de una luna que comienza a
dibujar su reflejo en medio del mar, que se entremezcla con los reflejos de las
luces bibliotecarias.
¿De qué les hablo, mis caros y fieles lectores? Fundada a
mediados del siglo XVIII por Federico II el Grande (les recomiendo leer
"Federico el Grande: el magnífico enigma" de Robert Asprey, para
comprender parte de la emocionante personalidad del tercer rey de Prusia), tuvo
como principal objetivo el reunir bajo un sólo recinto, la mayor cantidad de
libros publicados hasta la fecha. De lejos sabemos que, desde tiempos
inmemoriales, estas homéricas tareas han sido anhelo de demasiadas mentes poseídas
por una ingobernable pasión por el saber, ocasión no menos oportuna que la
compaginada con la tarea de Federico el Grande, pues su epopeya dio origen a una de las mejores bibliotecas abiertas al público.
No fue otro, sino el inminente paso de los años, el que
armonizó ideales y permitió que la biblioteca de Copenhague se fusionara con la
Biblioteca Nacional Danesa de Ciencia y Medicina y con el Archivo del Folclore
Danés, lo que dio paso a una vasta institución dueña de un magnánimo espacio común
en el cual se aseñora el edificio principal, el Diamante Negro.
Conocido como tal debido a su semejanza a tan preciosa
piedra, cuenta con seis salas de lecturas y más de 250, 000 obras, en su
interior podrán encontrar manuscritos del antecitado Andersen, de Kierkegaard
(uno de los más prolíficos filósofos del siglo XIX) o de Blixen.
Sin lugar a dudas, una aventura iniciada hace más de
cuatro décadas, que armoniza lo más bello de la arquitectura con lo propio de
la literatura universal.
Ultílogo. ¿Cuál es su
biblioteca mexicana favorita? En mi caso, el Archivo General de la Nación, por
su historia (de la que escribiré en su oportunidad).
PD. Les mando un
beso bien tronado a la @Dra.Tripa y a @TiaYerba, para que se lo acomoden donde
gusten.
Su amigo que los quiere,
@Bruno