Muy buenos días, ya ven que les había dicho que iba a
hacer una serie de postes del museo americano de Barnum, y como lo prometido es
deuda, aquí se les va el siguiente capítulo de la que estoy seguro será su mas
querida y amada y deseada saga.
“Joice Heth es indudablemente la
curiosidad más asombrosa e interesante en el Mundo. Es la esclava de Augustine Washington, (el padre del General Washington) y la primera persona que
puso la ropa al inconsciente niño, quién, en los días futuros, dirigió a
nuestros heroicos padres hacia la gloria, la victoria, y la libertad. Usando su
propio lenguaje cuándo hablamos del ilustre Padre de este País, ella 'lo crió'.
Joice Heth nació en 1674, y, consiguientemente, ahora ha llegado a la asombrosa
edad de 161 años”
Asi empezaba el cartel promocional con el que P.T. Barnum promocionaba a la primera gran atracción de su circo.
Joice Heth era una mujer negra. En el
siglo XIX, eso se traducía inmediatamente en una sentencia de esclavitud en Estados Unidos. Poco se sabe sobre su
vida antes de ser comprada por P. T. Barnum, en 1835. En ese momento histórico,
los registros sobre la vida de los esclavos no eran necesarios. En vida, sin
embargo, nunca se imaginó que se convertiría en una atracción casi turística para los médicos de diferentes
partes del país —incluso años después de haber fallecido.
Barnum se vio por primera vez con Joice
Heth en su casa. Según su propio relato, la encontró completamente inmovilizada en un sillón de su casa.
Completamente ciega, sin dientes y con una mata gruesa de pelo gris en la
cabeza, la mujer parecía desvanecerse sobre sí misma. A pesar de su condición,
según relata el showman, era platicadora
y amigable.
Barnum la compro a los promotores R.W.
Lindsay y Coley Bartram. Lindsay decidió mostrarla asegurando que era la niñera
de George Washington, pero,
como no tuvo éxito, vendió la anciana, solo que barmun si sabía cómo vender un
engaño.
Con una nueva factura, valuada en 500
dólares, se hizo dueño de Joice. A partir de entonces, se la llevó de gira por
todo el este del país, promocionándola como la centenaria nodriza del primer
presidente del país. Heth lo negó
repetidamente en vida, pero la historia tuvo éxito.
Joice era una anciana arrugada, ciega y
casi completamente paralizada (solo podía hablar, y tenía alguna capacidad de
mover el brazo derecho) cuándo Barnum empezó a exhibirla el 10 de agosto de
1835, en el Niblo's Gardens de Nueva York. Viajó después durante siete meses
con Barnum, contando a la audiencia historias sobre el "pequeño
George" y cantando el himno nacional. Eric Lott reclama que Heth hizo
ganar al empresario $1.500 en la primera semana, una cifra astronómica para la
época, iniciando la carrera como showman de Barnum. El caso
fue extensamente tratado en la prensa. Cuando se expresaron dudas sobre su verdadera edad Barnum
anunció que a su muerte se le realizaría una autopsia pública. Murió un año
después.
Barnum contrató al cirujano David L.
Rogers de nueva York para que hiciera la autopsia publica y así demostrar la
asombrosa edad de Joice. El salón de la ciudad de broadway fue el escenario
para este evento, Barnum cobró 50 centavos a cada asistente (mas o menos 30
dolares actuales) para que vieran como lo hacían.
El cirujano le decía a la audiencia lo
que hacía mientras lo hacía. De acuerdo a los registros el abrió la cavidad
abdominal primero, examino cada órgano y dijo que tenían apariencia natural y
saludables. Luego entró a la cavidad torácica y notó que las arterias y la
válvulas cardiacas no estaban calcificadas. También encontró tuberculosis en el
pulmón izquierdo, lo que determino la muerte de Heth. Luego revisó el arco
aórtico y los cartílagos costales, los cuales se calcifican con la edad,
encontrando todo normal.
Fue entonces cuando el medico anunció
que Joice Hert no tenía más de 75 u 80 años de edad.
Barnum dijo que Heth estaba vida y
haciendo gira por Europa y que la autopsia fue hecha en otro cuerpo.
El cuerpo de Heth no fue regresado a su
familia. Sino que fue sepultado en Bethel, Connecticut, de donde Barmun era
originario.
Y así fue como sucedió. Quiero aprovechar el espacio para mandarle un saludo a Galy y al quesitos que esta bien chulo.