“He llegado a
creer que el mundo es un enigma, pero un inocente enigma hecho terrible por
nuestro loco intento de interpretar todo como si existiese una verdad
subyacente”
Umberto Eco
Mis caros lectores,
Desde tiempos inmemoriales, en la historia de la
humanidad han existido textos enigmáticos, secretos y de significado oculto
cuyo desciframiento ha apasionado a cientos de historiadores, criptógrafos y no
pocos amantes de la escritura secreta.
Ya sea que hablemos del "Manual egipcio de poder ritual", de aproximadamente 1300 años
de antigüedad), cuya interpretación hace unos años reveló que se trata de un
compendio de hechizos para el amor y curas para enfermedades, o "Los Rollos de Herculano",
descubiertos en 1952 (cuya excitante historia da para todo un post) que datan
desde la antigua Roma y que apenas en el siglo pasado se logró interpretar su
contenido e interesante historia (tratan sobre textos filosóficos y literarios)
de la cual se destaca que dichos rollos formaban parte de la única biblioteca
privada que se conserva desde la antigüedad (recordemos que Herculano fue, en
el zenit de su civilización, la ciudad más rica y mejor conservada del imperio
romano), el descubrimiento de este tipo de textos antiguos trae aparejado una
insaciable sed por desentrañar los misterios e historia que resguardan.
Hoy les platicaré del "Códice Voynich"
considerado el manuscrito más enigmático del mundo, por considerarse
indescifrable y cargado de un halo de misticismo. Cientos de criptógrafos
profesionales, especialistas e historiadores han visto frustrados sus esfuerzos
por descifrar una sola de las palabras del Código.
Con un total de 232 páginas, este código contiene
centenares de dibujos y casi 40 mil palabras con 25 letras y caracteres
distintos. Sin embargo, no se sabe el nombre del autor, título o capítulos. Gracias
a una serie de pruebas de carbono 14, se sabe que el pergamino en el que fue
escrito data del año 1404, es decir, anterior a la invención de la imprenta por
Johannes Gutenberg, lo cual lo convierte en un documento incunable.
El primer registro con que se cuenta sobre su historia
nos remonta al ya lejano 1580, cuando fue adquirido por el emperador Rodolfo II
de Habsburgo, quien lo adquirió motivado por su interés en la magia y las
ciencias ocultas.
Posteriormente, el manuscrito pasó de mano en mano hasta
llegar al convento de Mondragone, en donde Wilfrid Voynich, bibliófilo lituano,
adquirió dicho código en 1912 y a quien debemos el nombre del código.
Finalmente (tenía que aparecer una vieja cabrona e interesada), la viuda de Voynich
lo vendió a Hans Peter Kraus, un anticuario neoyorquino que lo donó a la
Universidad de Yale en 1969.
Los primeros intentos por descifrar el código nos
remontan al siglo XVI. Un siglo después, lo intentaron Jacobus Horcicky, Georg
Barsche y Johannes Marcus, alquimista, bibliotecario y profesor de la
universidad de Praga, respectivamente. Inclusive el famoso egiptólogo
Athanasius Kircher, que descifró una cantidad histórica de jeroglíficos del
antiguo Egipto, vio frustrados sus esfuerzos.
De entre las leyendas y misterios que envuelven este
enigmático código, se ha especulado que la autoría del mismo perteneció al
monje inglés Roger Bacon (descartada, pues Bacon vivió en el siglo XIII) o que
es obra de Leonardo da Vinci.
Recientemente, un par de investigadores de la Universidad
de Alberta, Canadá publicaron un texto en inglés (Decoding Anagrammed Texts Written in an
Unknown Language and Script) en el cual aseguran haber descifrado el
manuscrito con el uso de inteligencia artificial. Mediante el uso de técnicas y
metodologías poco concluyentes (como compararlo con textos actuales o
traducciones libres), la más reciente aventura de este enigmático texto deja
más preguntas que respuestas.
Hoy en día, el Código de Voynich se encuentra en la en la
Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros de la Universidad de Yale, en
donde aguarda, con la misma paciencia que lo ha hecho durante más de 500 años,
que los cientos de misterios, enigmas y leyendas que se han tejido en torno a
él y que han apasionado a generaciones enteras, sean descifrados.
Ultílogo. ¿Conocen
algún otro libro con una historia tan enigmática y apasionante como el Código
Voynich? Los leeré con mucho interés.
PD. Procuraré darme una vuelta al blog a saludar en el
transcurso del día. Hasta entonces.
Su deiforme amigo,
@Bruno