¡Qué tal mis queridos lectores!
Pues iniciamos una semana más, una
menos del 2016 y nos aproximamos peligrosamente a la recta final así que espero
que quienes aún tengan propósitos pendientes échenle ganitas xD
Bueno pues, pasada la emoción y ya
para entrar al tema que nos ocupa esta tarde, quiero comentarles que el día de
ayer mientras comíamos un helado Mini y yo, frente a nosotras se sentaron un
par de chicas, al rededor de los veinte veintitrés, no más. Comenzaron a
platicar con respecto al horóscopo que acababan de leer, dándole una relevancia,
cual si estuviera escrito en piedra. Me causó gracia, primeramente, porque una
de las chicas traía una playera negra con una frase del comediante David Cross,
conocido por ser agnóstico, que a la letra decía " i'm concerned about
organized religion getting away with what it gets away with" es decir:
"Me preocupa que la religión organizada se salga con la suya". En
segunda instancia por que... pues porque ¿quien en su vida le da tanta
importancia a un horóscopo?
Tomando esto como premisa decidí leer
un poquitín al respecto, total que descubrí que los signos zodiacales que
conocemos tienen sus orígenes en la antigua ciudad de Babel, alrededor del
siglo V antes de Cristo. Fue el conquistador Alejandro Magno quien los
introdujo al sistema de creencias de Roma, lo que los puso en el mapa de la
civilización occidental. Una de las culturas que mejor aceptó éstos símbolos
fue la del antiguo Egipto. La
palabra “Horóscopo” significa, literalmente, “Mirar al horizonte”, proveniente
de la combinación de las palabra egipcia “Horus” y griega “skopo”.
Pasado el momento educativo del día,
enfoquémonos en la dualidad de la aceptación de creencias. Por un lado, está
bien no creer en un ser supremo que tiene nuestro destino trazado y que todo
lo hace es para que tengamos una mejor vida, tengo mis dudas al respecto. Por el
otro, es enteramente aceptable creer que la alineación de las estrellas
determina si vas a tener conflictos en tu trabajo, casa o con tu pareja.
Y vamos, no es que yo descarte ambas
posibilidades, la verdad es que yo estoy abierta a cualquier posibilidad en
cuanto tenga algo que me convenza. Lo que creo que es una falacia es desechar
una opción igualmente válida por encima de otra.
Como cierre al tema, y para no hacer
tan notoria mi evidente ardillez propia del mes de diciembre, les dejo una
tablita buena onda de los signos y las razones para quererlos. Para su conocimiento y
efectos procedentes: yo soy leo y curiosamente si tengo demasiadas similitudes
con las descriptivas de mi signo. Igualmente alguna vez me hicieron una carta
astral donde decía que mi ascendente era un signo que no recuerdo pero era de
aire lo cual me hace el fuego más grande del bosque, de ahí el pinche mal
genio.
¡Tengan una bonita semana y no olviden
dejar sus corazoncitos!
Con cariño, Sabs.