Hace tiempo, durante el calderonato, trabajé en una consultoría con viejos priístas, de esos que fueron gente pesada en los buenos años del salinato. Ellos tuvieron altos cargos en la hoy ya extinta Conasupo. A lo mejor usted la recuerda sólo porque tomaba leche de esa marca, pero fue una gran empresa del gobierno, ellos se dedicaban, entre otras cosas, a comprar todos los granos que se producían en el país, para luego exportarlos o venderlos a otras empresas.
Cuando íbamos en la carretera rumbo a visitas de campo, me contaba anécdotas de aquellos tiempos. Un día me dijo: "sólo cuando uno tiene mucho dinero y poder, sale el verdadero yo, ahí se demuestra quién es uno en realidad".
Me contó que el acostumbraba viajar en su coche, uno grande, de esas lanchas que ya no se ven, dentro de un avión... así es, ni siquiera se tenía que bajar del auto, simplemente ingresaba al hangar presidencial y entraba con todo y auto al avión. Viajaba a sudamérica, sobre todo, para ver lo de la exportación e importación de granos. Me contó todo esto, para decirme que así había adquirido la cabecera de su cama, según él se trataba de una hermosa talla de madera de los indios del Brasil...
Esto me trajo a la memoria otra nota que leí hace tiempo, era la historia de un ministro cristiano que ganó la lotería, la grande. En sus declaraciones a la prensa dijo que ayudaría a la comunidad y un largo etcétera. La verdad es que la riqueza no le duró nada. En un par de años perdió todo el dinero, en mujeres y alcohol, al final, ya no tenía familia, ni salud, quedó solo y sin dinero siquiera para mantenerse al día.
Pienso en lo que me dijo el viejo ingeniero de la Conasupo, ¿será cierto?, ¿yo que haría con poder y dinero? A veces juzgamos muy duramente a los políticos, les exigimos una virtud a toda prueba, pero, ¿qué sería de nosotros si tuviéramos poder y dinero?
Cortesía de Null
