¡Qué tal, mis queridos lectores!
Espero que hayan tenido un fin de semana buena onda
y vengan este lunes con la pila bien puesta.
Pues como cada domingo, no tenía ni la más mínima
idea de que escribir y pase como una hora sentada dándole vueltas a muchos
diferentes temas y pensando cómo abordarlos. Total, que nada más ninguno hacía
click ni me ayudaba a hacer que las palabras solitas salieran.
Pues bien, saque mi tapetito de yoga y me tire al
piso a ver la vida pasar y así se me ocurrió el fabuloso tema del día de hoy:
métodos de relajación.
A veces el ritmo de vida es absorbente y es difícil
encontrar un espacio para "dejar de pensar" pero creo que es
importante encontrar esos cinco minutos para desconectarte y poder recuperar tu
centro.
Luego entonces y como ya saben, me fui a buscar
rápidamente cuales serían las técnicas más usuales para poder relajarse. Aquí
les muestro un pequeño compendio de las más prácticas, a mi parecer.
Control de
la respiración. Este requiere únicamente dejar por un momento la
respiración superficial y enfocarse en una respiración suave y controlada, todo
el tiempo inhalando por la nariz de forma profunda y exhalando suavemente por
la boca. Sencillo, ¿no?
Dejar la
mente en blanco. Esto que parece imposible es un poco más fácil de
conseguir si lo intentamos mientras estemos haciendo los ejercicios de
respiración. Los pensamientos surgen sin darnos cuenta muy a
menudo. Todo es cuestión de concentrarse en la respiración y mantener tus
pensamientos únicamente en el conteo de tus inhalaciones y exhalaciones.
Relajación
Muscular Progresiva de Jacobson. Este requiere un poquitito más que los
anteriores, jamás lo he probado pero suena interesante. Una vez que estés enfocado
en tu respiración, concéntrate en tu pie derecho. Visualízalo y ténsalo; aprieta
los dedos y provoca una gran tensión en tu pie derecho, cuenta hasta cinco y
después relájalo lentamente. Concéntrate en la relajación del pie. Repite esto
mismo ahora con el pie izquierdo y así ve subiendo por piernas, cadera, abdomen,
brazos, manos, hombros, cuello y por último la cabeza. No se ustedes pero a mí
me suena a algo súper rico.
Bueno, pues
esas son tres opciones prácticas y simples de realizar. He de decir que por
algún tiempo practiqué yoga y me sirvió mucho, también se los recomiendo
ampliamente. Ahora que si lo suyo no es eso, pues entonces una cheve bien fría
también ayuda. Otra opción es salir y bailar hasta que el cuerpo no dé para
más, que el chiste es dormir cansados.
Que pasen una bonita semana y sean felices, que
nada les cuesta. ¡Besos!
-Sabina