4.10.2017

El arte de no amargarse

Buen día, lunes, inicio de las vacaciones de semana santa, dos semanas donde los papas tendrán que soportan a sus bendiciones en casa, algunos y para los que pueden, en algún campamento de emergencia.

Así que, pensando en eso, les traigo este extracto de una conferencia la cual habla del libro "el arte de no amargarse", a ver que les parece.




No lo he conseguido en PDF, en cuanto lo tengo lo subo en la Embrionteca y se los hago saber :

Resumen de la conferencia de Rafael Santandreu en Can Déu el 26/09/2011:


A veces nacemos débiles a nivel emocional y otras veces, en algún momento de nuestras vidas nos volvemos débiles a nivel emocional. En los dos casos, la clave para  convertirnos en personas emocionalmente fuertes es aprender a pensar bien y es que las emociones dependen de los pensamientos.
Cuando a veces decimos “es que tal persona me pone de los nervios”, en realidad es que esa persona hace algo y nosotros pensamos que eso que ha hecho nos pone de los nervios. Es lo que nosotros pensamos sobre ese acontecimiento lo que hace que nos pongamos de los nervios.
La clave está en controlar lo que nos decimos a nosotros mismos sobre las cosas que nos pasan en la vida. Hay que intentar cambiar, de manera profunda, la manera de pensar, nuestro diálogo interno. Comernos la cabeza en la dirección de que necesitamos muy poco para estar bien.
Actualmente tenemos una enfermedad que es la “necesititis”. Nos creemos firmemente que necesitamos muchas cosas para ser felices, cosas materiales y cosas no materiales.
Nos pensamos que necesitamos trabajar, que necesitamos una pareja…, necesito ser listo… “necesito algo… para ser feliz”. Cada necesidad que nos creamos es una carga. Si necesitamos lo que sea para ser feliz, si no lo tenemos seremos unos desgraciados, pero si lo conseguimos, tampoco vamos a ser felices porque vamos a pensar que lo podemos perder.
Crearse necesidades de cosas que no son necesarias nos hace débiles. Para cambiar estas necesititis nos tenemos que convencer a nosotros mismos que necesitamos muy poco para estar bien.
En un país como España tenemos todo lo que necesitamos, comida, bebida… El conjunto de cosas que creemos que necesitamos es enorme, como Michael Jackson que necesitaba tener un zoológico, un parque de atracciones, ser el número uno siempre… para ser feliz.
Hay que hacer un cambio a nivel mental y convencernos a nosotros mismos que necesitamos muy poco para ser felices, porque si nos despojamos de las cosas pero seguimos pensando que las necesitamos vamos a seguir sufriendo.
Está muy bien tener deseos, pero que no sobrepasen la línea de las necesidades. Hay que hacer como los monjes que se liberan de las necesidades.
El hombre tiene la tendencia a convertir deseos en necesidades. Hay que aceptar que hay una parte de la realidad que no nos gusta. Vivir en un mundo perfecto sería muy aburrido. Indignarse por ello es muy absurdo y cuando estamos indignados y tenemos malestar emocional es muy fácil sacar un cañón para matar una mosca. Cuando tenemos malestar emocional las soluciones que se nos ocurren no son buenas.
Podemos hacer un ranking de las neuras más frecuentes que tenemos en nuestra sociedad:
  • “Necesito tener a mi lado alguien que me ame, de lo contrario qué vida más triste!!”. Nadie necesita una pareja para estar bien, se puede ser muy feliz sin pareja, ese sentimiento de soledad está únicamente en nuestra cabeza. 
  • “Necesito ser alguien en la vida, aprovechar mis virtudes, de lo contrario seré un fracasado”. En nuestra sociedad estamos enfermos de la necesidad de “destacar”. Un ejemplo es el libro de los Records Guinness, obsesionarse por destacar haciendo cosas rarísimas, o ser el primero ¿de qué sirve?. Lo interesante es aprender a relacionarnos bien con la gente. Hay que bajar la necesidad de ser el número uno. 
El afán de superación, ¿para qué sirve?. Nuestra sociedad está enferma, siempre buscamos “cuanto más mejor”. El límite de la superación es el disfrute: “Estoy trabajando para superarme, pero estoy disfrutando”, entonces todo está bien. 
  • “No puedo tolerar que la gente me menosprecie en público”. Si nos menosprecian un poco no pasa nada. Hay que aceptar que estando abajo puedo estar bien. En realidad somos demasiado sensibles porque no queremos estar abajo. La solución a que no nos afecten estas cosas es convencernos que estando abajo del todo podemos estar bien, si somos tontos nos tenemos que sentir orgullosos de ello. Hemos de dejar de ser sensibles a nuestra imagen. No nos tenemos que defender. Si soy inferior a los demás no hay ningún problema, porque siendo inferior puedo estar muy bien.
Es importante también aceptar nuestra propia muerte. Hay que trabajar este tema porque es lo único que tenemos seguro en esta vida.
  • Otra de las necesidades que nos creamos es la siguiente: “Debo tener un piso en propiedad y si no soy un desgraciado”. Esto no es verdad, sin un piso en propiedad podemos ser súper felices. 
  • “Tener buena salud es fundamental para ser feliz”. No nos tenemos que apegar tanto a la salud porque la salud la vamos a ir perdiendo con los años. A veces no aceptamos la enfermedad y la vivimos como un fracaso, “necesito salud para ser feliz”. Tendríamos que transformar esta exigencia en preferencia: me gustaría tener salud pero si por lo que sea no la tengo también puedo ser feliz. 
  • “Tengo que ayudar a mis familiares, amigos… mi ayuda es fundamental”. Cuando lo que transmitimos es que nuestra ayuda es fundamental, lo que hacemos es hacer débiles a las otras personas, sean amigos, hijos, padres… porque lo que estamos transmitiendo es lo siguiente: necesitas mi ayuda porque tú sola o solo no puedes. 
Nos tenemos que ocupar de ser nosotros felices y no ocuparnos tanto de los demás. Por tanto no tenemos que ayudar a nadie a no ser que disfrutemos y nos divirtamos ayudando. Nosotros nos tenemos que ocupar de nuestra propia felicidad y esperar que los demás se ocupen de la suya. Nuestra principal responsabilidad es ocuparnos de nosotros mismos. No debemos descuidar nuestra felicidad por darnos a los demás.
Otra cosa muy distinta es colaborar con los demás. ¿Por qué no hacemos todos algo juntos en positivo?. Eso es muy bueno y entonces todos nos hacemos más fuertes. No nos hacemos fuertes si vamos resolviendo los problemas de los demás.

-Brion