Otra semana más se va, otro ciclo laboral
termina; otras 48 horas de descanso nos esperan para que ansiemos, desde el
domingo en la tarde, vuelva a ser viernes. ¿Qué es más triste? Alegrarse por
los dos días de descanso o porque dentro de dos días será de nuevo lunes y tendrás
que estar de nuevo en tu trabajo soportando al jefe “pendejo” y por alguna
razón, la empresa para que la trabajas, no se ha dado cuenta del diamante en
bruto que tienen en ti. En fin
Mejor lee las notas chirris de esta semana
para ver si logran hacerte reír.
El
patriarcado no verá ni por donde le llegan los chingadazos
El domingo 24 de
abril un grupo de mujeres y algunos hombres con exceso de tiempo libre han
convocado a una marcha feminista para luchar contra la violencia hacia las
mujeres. A tal marcha van “Las Morras” ¿Se acuerdan de ellas? Las que
“enfrentan” a sus acosadores y piden que no las vean, que no les hablen, que no
las piensen, que no nada; bueno ellas harán un número especial: Perrearan. Sí,
eso, bailaran moviendo el culo como si estuvieran teniendo sexo porque según
ellas "Vamos a marchar contra las violencias machistas con perreo, porque
el baile también es político y porque si no podemos perrear, no es nuestra
revolución" pero como nadie puede verlas, pensarlas, respirarlas, pelarlas,
etc. Serán, respetuosamente, ignoradas.
El
orgasmo de su vida
Una fan de Yostin Biber, que no digo su
nombre para que no le hagan bullying, perdió el control cuando escuchó la nueva
rola del putito canadiense que se llama “Despacito”; la chavita experimentó un
orgasmo de tal magnitud que hasta le agradeció a Luis Fonsi por haber escrito
tan hermosa canción para que Justino la interpretara. La mamá de la chava la
felicitó porque experimentó algo que ella, la mamá, jamás ha sentido.
Aquí el vídeo
Selfie
mortal
Neza es tierra
de nadie, calles feas descuidadas, viciosos por todas partes, aromas
nauseabundos, perros callejeros por todos lados, antros que permiten la venta
de pisto a menores de edad, las autoridades ahí no tienen autoridad; es un
pequeño infierno en la tierra justamente en el Estado de México.
Lupita,
mexiquense y nezacitadina de 19 años salió de parranda con su amigocha, primero
fueron a un bar llamado “La Terraza” y ahí pasó por ellas un chaparro en una
camioneta azul y las llevó al “Baby rock” donde se sentaron junto a otras
chavas de más o menos la misma edad; junto a su mesa estaban unos chavos feos
como la chingada. Las chavas estuvieron chupando tranquilamente y ya pasaditas
de chelas empezaron a hablar con los monos de la otra mesa, incluso los veían
ya galanes tanto que les pidieron que se tomaran una selfie grupal con ellas a
lo que los dandys de mercado contestaron que “No podían salir en fotos” que
porque como son modelos revista (National Geographic) tienen prohibido tomarse
fotos fuera del hábitat; en eso Lupita se levantó al baño a hacer chis y cuando
estaba subiéndose los calzones escuchó ¡pum! ¡pum! ¡pum! Y pensó que a lo mejor
le había hecho mal algo que comió. Regresó a su mesa y ahora si se zurró cuando
vio a sus amigas tiradas con un disparo en la chirimoya; un testigo le dijo que
fueron los nacos de la otra mesa y que además se fueron sin pagar. Llegaron los
cuicos, implementaron el operativo 0 con cero detenidos.
Policía
despacha a su cuate
Ser policía de
centro comercial debe ser una actividad muy monótona además de frustrante pues
nunca faltan los nahuales a los que se les llama la atención por desmadrosos y
que todavía se ponen dignos.
Es por eso que
Miguel o “Mike”, de profesión cargador, tenía un juego especial con su valedor
Roberto Correa, ambos trabajadores en Parque Tezontle, un centro comercial en
Iztapalapa; el juego consistía en retarse a muerte, constantemente, Miguel le
decía Beto “¡Dispárame si tienes huevos!”
Y pues uno hacía la finta y decía “¡pum!” y ya, reían y eso era todo. El
lunes, muy tempranito, estaban en el área de bodegas ya alistándose para la
chamba y Miguel dijo las palabras mágicas: “¡Dispárame si tienes huevos!”,
Beto, como estaba medio crudo, levanto su escopeta e hizo lo de siempre, pero
esta vez el tiro si fue de verdad y le dio en la choya de Mike al que se le
salieron las ideas. Llamaron a la ambulancia y a los popochas. Beto dice que no
era su intención mandar a su cuate al valle de las calacas pero que las armas
que les dan están más viejas que su abuelita; dice que su vieja siempre le
decía que no jugará así que porque las armas las carga el diablo y las disparan
los pendejos.