4.21.2017

Notas chirris XVI: Sweet sixteen

Otra semana más se va, otro ciclo laboral termina; otras 48 horas de descanso nos esperan para que ansiemos, desde el domingo en la tarde, vuelva a ser viernes. ¿Qué es más triste? Alegrarse por los dos días de descanso o porque dentro de dos días será de nuevo lunes y tendrás que estar de nuevo en tu trabajo soportando al jefe “pendejo” y por alguna razón, la empresa para que la trabajas, no se ha dado cuenta del diamante en bruto que tienen en ti. En fin
Mejor lee las notas chirris de esta semana para ver si logran hacerte reír.

El patriarcado no verá ni por donde le llegan los chingadazos

El domingo 24 de abril un grupo de mujeres y algunos hombres con exceso de tiempo libre han convocado a una marcha feminista para luchar contra la violencia hacia las mujeres. A tal marcha van “Las Morras” ¿Se acuerdan de ellas? Las que “enfrentan” a sus acosadores y piden que no las vean, que no les hablen, que no las piensen, que no nada; bueno ellas harán un número especial: Perrearan. Sí, eso, bailaran moviendo el culo como si estuvieran teniendo sexo porque según ellas "Vamos a marchar contra las violencias machistas con perreo, porque el baile también es político y porque si no podemos perrear, no es nuestra revolución" pero como nadie puede verlas, pensarlas, respirarlas, pelarlas, etc. Serán, respetuosamente, ignoradas.




El orgasmo de su vida

Una fan de Yostin Biber, que no digo su nombre para que no le hagan bullying, perdió el control cuando escuchó la nueva rola del putito canadiense que se llama “Despacito”; la chavita experimentó un orgasmo de tal magnitud que hasta le agradeció a Luis Fonsi por haber escrito tan hermosa canción para que Justino la interpretara. La mamá de la chava la felicitó porque experimentó algo que ella, la mamá, jamás ha sentido.
Aquí el vídeo




Selfie mortal

Neza es tierra de nadie, calles feas descuidadas, viciosos por todas partes, aromas nauseabundos, perros callejeros por todos lados, antros que permiten la venta de pisto a menores de edad, las autoridades ahí no tienen autoridad; es un pequeño infierno en la tierra justamente en el Estado de México.

Lupita, mexiquense y nezacitadina de 19 años salió de parranda con su amigocha, primero fueron a un bar llamado “La Terraza” y ahí pasó por ellas un chaparro en una camioneta azul y las llevó al “Baby rock” donde se sentaron junto a otras chavas de más o menos la misma edad; junto a su mesa estaban unos chavos feos como la chingada. Las chavas estuvieron chupando tranquilamente y ya pasaditas de chelas empezaron a hablar con los monos de la otra mesa, incluso los veían ya galanes tanto que les pidieron que se tomaran una selfie grupal con ellas a lo que los dandys de mercado contestaron que “No podían salir en fotos” que porque como son modelos revista (National Geographic) tienen prohibido tomarse fotos fuera del hábitat; en eso Lupita se levantó al baño a hacer chis y cuando estaba subiéndose los calzones escuchó ¡pum! ¡pum! ¡pum! Y pensó que a lo mejor le había hecho mal algo que comió. Regresó a su mesa y ahora si se zurró cuando vio a sus amigas tiradas con un disparo en la chirimoya; un testigo le dijo que fueron los nacos de la otra mesa y que además se fueron sin pagar. Llegaron los cuicos, implementaron el operativo 0 con cero detenidos.


Policía despacha a su cuate
Ser policía de centro comercial debe ser una actividad muy monótona además de frustrante pues nunca faltan los nahuales a los que se les llama la atención por desmadrosos y que todavía se ponen dignos.


Es por eso que Miguel o “Mike”, de profesión cargador, tenía un juego especial con su valedor Roberto Correa, ambos trabajadores en Parque Tezontle, un centro comercial en Iztapalapa; el juego consistía en retarse a muerte, constantemente, Miguel le decía Beto “¡Dispárame si tienes huevos!”  Y pues uno hacía la finta y decía “¡pum!” y ya, reían y eso era todo. El lunes, muy tempranito, estaban en el área de bodegas ya alistándose para la chamba y Miguel dijo las palabras mágicas: “¡Dispárame si tienes huevos!”, Beto, como estaba medio crudo, levanto su escopeta e hizo lo de siempre, pero esta vez el tiro si fue de verdad y le dio en la choya de Mike al que se le salieron las ideas. Llamaron a la ambulancia y a los popochas. Beto dice que no era su intención mandar a su cuate al valle de las calacas pero que las armas que les dan están más viejas que su abuelita; dice que su vieja siempre le decía que no jugará así que porque las armas las carga el diablo y las disparan los pendejos.




Grimaldo